Anabella Schiaffino, la candidata evangelista

Encabeza un partido chico de la Ciudad de Buenos Aires. Dice que no podría mentir y que está feliz por no participar en Gran Cuñado. Compara su discurso con el de Obama, Jimmy Carter y Lula.

Por Germán Campisi

Comprometida con la causa, prometió no mentir durante los minutos que durara la entrevista. Dice que esa es una sana costumbre que adquirió en sus 44 años de vida y jura mantener inquebrantable. Al igual que el compromiso. Con Cristo, y con la gente común.

Anabella Schiaffino -la cara visible de la lista 179- se unió al partido Acción Ciudadana hace dos años, tras haber conseguido diez mil votos en la pasada elección de diputados, y prefiere mantenerse allí pese a los numerosos llamados de políticos de renombre que salieron en su búsqueda. Encontró un lugar vacante en la Argentina aunque usufructuado en el mundo entero y con grandes resultados. A saber: "El político de moda, Barack Obama, basó un 70% de su discurso en las palabras de Martin Luther King, evangelista. Obama juró sobre la biblia de Abraham Lincoln, otro religioso de familia. También en el norte, Jimmy Carter fue presidente y nunca dejó de leer la biblia los domingos. Algo más acá en cuanto a tiempo y lugar, el apoyo de los evangelistas que consiguió Lula en Brasil. Nosotros sólo tuvimos un amago de (Julio) Cobos, pero modificó su plan tras el fallecimiento de Raúl Alfonsin. Mauricio Macri cerró su campaña en un templo de Flores."

Junto a su nombre se leen apellidos propios de la comunidad judía rodeados de pastores evangélicos, hermanas y líderes ministeriales. Compañeros en la lucha contra la desigualdad social, unidos, con "la esperanza puesta en agotar las ideas y los sacrificios para lograr cambiar lo que estamos haciendo mal.

El café en jarrito, liviano, y el cortado, se hicieron presentes en la mesa; las explicaciones también. Generar un movimiento en torno a la fe y dejar constancia de ello en la boleta con una frase tan significativa como "por amor a Cristo" no garantiza el voto de los evangelistas. "Por el contrario, es ahí donde más nos cuesta meternos. La gente que viene a la iglesia no entiende cómo pretendemos mezclarnos con un lugar sucio, donde la corrupción es moneda corriente. La gente que no comulga tanto con nuestra idea tiene una mayor adhesión para con nosotros”, contó Schiaffino, y lo argumentó resaltando la concurrencia de su último acto que “realmente me sorprendió".


La candidata a diputada por la Ciudad camina el territorio desde antes de comenzar con la campaña. "Si bien el tema de la iglesia evangélica es una herencia familiar, yo mantuve mis convicciones firmes porque me interesó mucho la importancia que le daban a la acción social", dijo la martillera pública que más de una vez se arremangó las manos en comedores comunitarios.

Conoce la problemática y sabe que allí deben comenzar las soluciones para encauzar nuevamente a una ciudadanía carente. Cautiva. No es casualidad que el proyecto más significativo de la candidata sea crear un espacio de ayuda en cada precario asentamiento. "No sonará muy lindo ni todos verán el progreso, pero a la larga dará muy buenos resultados. Pavimentar las necesario, esto es primordial", destaca Anabella Schiaffino.
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