La reaparición del ex intendente de San Miguel que triunfó en las últimas internas del PJ local provocó diferentes posturas entre los dirigentes de organizaciones sociales que participaron y participan en el espacio oficialista.
Rico se mostró en sintonía con el gobierno de Cristina Kirchner y derrotó a los dos candidatos que pelearon por la conducción del peronismo distrital: el intendente Joaquín de La Torre, y el diputado Franco La Porta.
Para Luís D’Elía, quién se autocalificó como “un soldado de Kirchner”, la convivencia con Aldo Rico responde a criterios de construcción política. "El peronismo siempre ha sido dueño de una gran heterodoxia hacia adentro", arguyó el líder de la FTV y agregó: "Estoy en las antípodas ideológicas de Rico, pero entiendo que, como decía el general Perón, 'los ladrillos también se construyen con bosta'”.
La mirada del referente de Libres del Sur, Jorge Ceballos, es diametralmente opuesta. Disconforme con “la pejotización del kircherismo”, renunció a su cargo de subsecretario en el ministerio de Desarrollo Social y tras pegar el portazo lanzó: “El dato más duro que nos toca vivir a aquellos que hemos compartido la lucha por la defensa de los Derechos Humanos junto al gobierno de Néstor Kirchner, es que nos vemos en la contradicción de tener a un representante en este espacio político como Aldo Rico, al que algunos lamentablemente todavía consideran compañero".
Inmerso en el dispositivo K y dentro de la estructura peronista, el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, tiene un punto de vista más moderado. Explica que “no hubo un apoyo a Aldo Rico” y que ganó la interna porque en San Miguel “fue dividido el Frente para la Victoria”. Además, Pérsico enfatizó: “Lo mejor que puede hacer es dar un paso al costado y dejar a su hija (la diputada María del Carmen Rico) que es muy buena compañera”.
10 de diciembre de 2008