Una panadería ubicada frente al hospital “San Juan de Dios” fue víctima de un asalto pasadas las siete de la tarde.
Todo comenzó cuando un hombre ingresó al comercio en 70 entre 27 y 28. Allí preguntó si “tenía algo para dar”. Ante la negativa de la empleada, el delincuente simuló irse pero dio la vuelta y se metió tras el mostrador.
Mientras revisaba la caja entró un cómplice que le exigió varias veces el celular a la cajera que le explicó que no tenía ya que no se le permitía usar el celular durante el trabajo.
Tras unos minutos, los delincuentes comenzaron a discutir entre sí. El primero le pedía al cómplice que vaya a la puerta para hacer de campana.
La demora y la reiterancia de la búsqueda provocó que la panadera tome valor y eche al delincuente a los gritos. "Ya les dije que no tengo nada más, afuera", les dijo.