La presencia de arsénico en el agua de consumo, tanto sea de red como de pozo, afecta a decenas de miles de personas en Argentina y genera un riesgo en la salud pública, según una reciente actualización del relevamiento que hizo a nivel nacional el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
Analizando un recorte de la provincia más comprometida, Buenos Aires, y de los 135 partidos que conforman el tejido de este territorio, se registró un incremento considerable de casos de arsénico detectado en el agua.
Según un relevamiento público en base al mapa del ITBA, son 66 los municipios bonaerenses que se ubican en franja “amarilla” o “roja”. Entre ellos, hay 41 cabezas partidarias de Buenos Aires afectadas por esta doble categorización, de las cuales 14 están en su mayoría en rojo.
Algunos de esos departamentos bonaerenses comprometidos son Cañuelas, Chivilcoy, Ezeiza, Junín, Lobos, Mercedes, Monte, Navarro, San Vicente, Suipacha y Tres Arroyos, entre otros. Un dato: algunos de estos puntos geográficos son cercanos a lagunas o espejos de agua de grandes dimensiones.
“Las áreas geográficas más damnificadas con este fenómeno son lo que es el corredor de la ruta 5 y zonas aledañas a Mar del Plata“, indicó a la prensa Jorge Daniel Stripeikis, doctor en Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA), quien además lideró el ensamble del diagrama del ITBA.
El además director del Departamento de Ingeniería Química y Petróleo del Centro de Ingeniería en Medio Ambiente y docente de la institución, identificó que unas cuatro millones de personas en el país podrían estar expuestas potencialmente al arsénico a través del líquido vital o los alimentos.
Clasificación amarilla y roja:
Para saber la clasificación que utiliza el ITBA, hay que tener en cuenta dos rangos: entre 10 a 50 ppb (partes por mil millones) o µg/L (microgramos por litro) se está bajo nivel amarillo. “Precaución, en la cual el consumidor debe completar estudios para decidir si consumiendo agua con estos valores se aumenta la posibilidad de desarrollar cuadros de enfermedades”, sostiene la nomenclatura del estudio.
Por otro lado, cuando el resultado del test supera los 50 ppb ya se ingresa en la fase más crítica. “No consumir para ingesta directa y cocción de alimentos. Reemplazar por otra fuente de agua segura”, advierte el informe.
Pero el estudio del ITBA no solo abarca muestras del último año, sino también casos que se remontan a más de una década atrás (por ejemplo Pergamino, también en rojo) y pueden generar cierta confusión a la hora de analizar el diagrama provincial del arsénico. Estos viejos valores -que se acumulan a las mediciones más actuales- pueden variar con el paso del tiempo (por ejemplo, nuevas tecnologías en tratamientos de aguas), lo que deriva en nuevas “zonas en rojo” y evita una nueva recategorización, con su consecuente remapeo dinámico.
Pero el estudio del ITBA no solo abarca muestras del último año, sino también casos que se remontan a más de una década atrás (por ejemplo Pergamino, también en rojo) y pueden generar cierta confusión a la hora de analizar el diagrama provincial del arsénico. Estos viejos valores -que se acumulan a las mediciones más actuales- pueden variar con el paso del tiempo (por ejemplo, nuevas tecnologías en tratamientos de aguas), lo que deriva en nuevas “zonas en rojo” y evita una nueva recategorización, con su consecuente remapeo dinámico.
Cómo se hizo el mapeo del ITBA:
El diagrama elaborado por el Instituto Técnológico de Buenos Aires recopiló más de 350 muestras de fuentes subterráneas y superficiales de las áreas con mayores concentraciones, que se ubican en la llanura chacopampeana, abarcando extensas zonas de Buenos Aires, Córdoba, el sur de Santa Fe y sectores de La Pampa.
Para realizar este monitoreo fue vital la colaboración ciudadana. El ITBA recibió muestras de agua de casi todo el país, envasadas en una botella plástica chica de agua mineral. La misma debía ser entregada en Iguazú 341, entre las 8 y las 18, remitidas al Laboratorio de Ingeniería Química y Medio Ambiente (LIQMA), rotuladas con nombre y apellido y, previamente, habiendo completado el formulario online.
Las consecuencias del arsénico en el cuerpo humano:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la exposición prolongada al arsénico inorgánico, presente de forma natural en aguas subterráneas, según la OMS, afecta a unas 140 millones de personas en al menos 70 países, superando el valor guía provisional de 10 microgramos por litro (10 µg/L).
El problema, que se extiende por vastas regiones del país pero tiene un foco principal en PBA, expone a un sector de la población a varios tipos de enfermedades. En caso de falta de tratamiento, el individuo podría desarrollar -según informa el sitio oficial del ITBA- patologías como “el cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica y/o persistente y fibrosis pulmonar”. Además, la ingestión continua de agua contaminada con arsénico deriva en el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una enfermedad que se manifiesta con lesiones cutáneas, problemas respiratorios y hasta distintas enfermedades cancerígenas.