El miércoles por la noche, Otro Día Perdido recibió a Alejandro Dolina, uno de los emblemas de la radio y el humor nacional. Fiel a su estilo dejó una colección de pensamientos sobre la vida pero también varios divertidos idas y vueltas con Mario Pergolini.
“No fui creyente pero no estoy en contra”, reflexionó el “Negro”. “Me hubiera gustado más que creer, que existiera la divinidad, que el universo tuviera un sentido”, agregó. “¿Qué sentido tiene una falsa creencia?”, remató.
Uno de los momentos más emotivos de la noche vino con la confesión de Mario Pergolini. “En el año 87, 88, yo terminaba un programa e iba a verlos a ustedes, durante muchos meses yo anotaba los llamados para que se los pasen a ustedes”, relató el conductor.
“Gracias a Castello y a vos hice la radio que hice, por haberlos vistos a ustedes”, lanzó Mario. “Usted no necesitaba escuchar La Venganza para hacer lo que hizo”, contestó con humildad Dolina.
El amor es uno de los temas recurrentes del “Negro”. “Es tan peculiar, es tan raro, que es lo que más parecido a un milagro”, señaló. “Es mucho, es inequívoco”, agregó.
En línea con el amor aparecieron los hijos. “Sucedió, los tuvimos y fui feliz, sigo siéndolo”, relató Dolina. “Compartimos actividades, como por ejemplo la música y el fútbol”, contó. Pergolini añadió: “El fútbol con hijos es fantástico”.
La argentinidad y el pasado
“Hemos conseguido generar una clase de arte que nos distingue inmediatamente", reflexionó Dolina en torno a la argentinidad a partir de un cuento de Borges donde aparece lo distinguible. En torno a la poesía, el tango y demás, aseguró que producen “una familiaridad que genera afecto”.
“¿Cuándo ves para atrás, que ves?”, preguntó Mario. “Lo perdido”, contestó Dolina. “¿Y lo ganado?”, retrucó Pergolini. “También, pero es siempre más evidente lo perdido”, explicitó.
“La única manera de vivir productivamente es con el presente”, selló.