Una heladería ubicada en Constitución al 6200 fue víctima de un robo pasadas las 19:30 cuando sólo quedaba una empleada y no había clientes dentro.
El delincuente ingresó con la cara tapada por una bufanda pero desarmado. Desde un primer momento mantuvo una actitud pacífica y se disculpó con la trabajadora. “Perdoname pero te tengo que robar”, le dijo.
Se dirigió a la caja y tomó la recaudación del día mientras la empleada, en shock, no se movía de su lugar. Al asaltante le pidió varias veces que se quede tranquila y le aseguró que estaba robando porque “la estaba pasando mal”.
Una de las cámaras capturó como mientras el delincuente le hablaba y hacía el gesto de “perdón” con las manos, la víctima respiraba con dificultad por la tensión de la circunstancia y el temor a que pueda ocurrir algo más.
En ese sentido, el ladrón le recomendó “tomar un vaso de agua” y continuó dandole charla a pesar de ya haber cometido el robo.
Tras casi tres minutos, el asaltante se disculpó una última vez, le recomendó llamar a la policía y se fue.