Al respecto de las versiones que indicarían que el piloto transportaba una suma importante de dinero, aseguró que la información es incorrecta y que su esposo llevaba únicamente el dinero necesario para comer durante la semana que iba a estar fuera de su casa y para cargar combustible. Además, declaró que Alejandro no tenía ni transportaba armas de ningún tipo.
“Yo lo quiero acá, pienso que está vivo y que espera ayuda, quiero que aparezca”, pidió antes de interrumpir su discurso y romper en llanto.
Sobre la ayuda que recibe para encontrar a su marido, informó que la Policía se mueve tanto por tierra como por aire para dar con el paradero de Alejandro, pero sí expresó la necesidad de testigos que hayan visto el helicóptero o a Alejandro.
Ayer, concluyó sin novedades el operativo de rastrillaje organizado por Prefectura, Policía Bonaerense y Gendarmería Nacional, según informaron fuentes de la investigación, por lo que continúa hoy.
El helicóptero Robinson 44 afectado a la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), pilotado por Alejandro Ferzola, partió desde Brandsen y tenía previsto cargar combustible y personal en Santa Teresita –ambas localidades en la provincia de Buenos Aires– pero no llegó a destino.
Tampoco se activó señal alguna de alerta, ni manual ni automática, que forman parte del equipamiento con el que cuenta el helicóptero en caso de siniestro.
La aeronave estaba equipada con un sensor que, en caso de emergencia, es accionado por el piloto y emite un alerta, además de un dispositivo que funciona automáticamente en caso de choque, pero ninguno de los dos mecanismos se prendieron.
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5 de enero de 2010