Las autoridades nacionales modificaron el programa que existe desde hace décadas con el objetivo de fomentar el ingreso de más jóvenes que no estudian ni trabajan.
De esta forma, se anunció la ampliación del Servicio Militar Voluntario, coordinado por los ministerios de Defensa y Capital Humano, con el objetivo de “inculcar en los jóvenes argentinos los altos valores que siempre caracterizaron a las fuerzas armadas: esfuerzo, valor”.
El plan apunta principalmente a “fortalecer el perfil profesional, educativo y cívico de los jóvenes que eligen servir a la Patria”.
Para esto, el Poder Ejecutivo ordenó coordinar el trabajo entre el Ministerio de Defensa, que lidera Luis Petri, y el de Capital Humano, que encabeza Sandra Pettovello, para diseñar el itinerario formativo.
Una de las primeras reformas que se anunciaron es que a partir de ahora el servicio será destinado para mujeres y varones de entre 18 y 28 años, mientras que antes el límite de edad era hasta los 24.
Asimismo, las autoridades nacionales remarcaron que el programa ya no consistirá únicamente en una capacitación militar, sino que para ir avanzando en los contenidos, empezará a ser requisito terminar el secundario.
Es en este punto que entra a actuar la cartera de Pettovello, que creará “una plataforma de desarrollo personal y profesional, con énfasis en la educación secundaria obligatoria y la capacitación en oficios”.
“Se implementará un programa educativo intermedio que les permitirá finalizar la escuela durante su permanencia en las unidades militares”, explicaron autoridades públicamente.
Además, junto con el área de Capital Humano, el Ministerio de Defensa comenzará a certificar formalmente los conocimientos adquiridos en áreas como cocina, talleres mecánicos, administrativo, albañil, soldador, tornero, conductor, entre otros, para “facilitar la inserción laboral futura” de quienes hagan los cursos.
Desde 1994, cuando el servicio militar dejó de ser obligatorio, se fue modernizando la estructura y se incorporó el aprendizaje de algunos empleos, que ahora se ampliarán a más rubros.
Asimismo, se incrementará la duración y contenido de la instrucción militar inicial, incorporando módulos sobre asistencia en emergencias, respuesta ante catástrofes y tareas de apoyo a la comunidad.
De acuerdo con fuentes cercanas a Petri, esto permitirá que los soldados voluntarios estén preparados no solo para la defensa territorial, sino también para intervenir ante inundaciones, incendios y otras situaciones críticas dentro del sistema nacional de protección civil.
De hecho, los integrantes de todas las Fuerzas Armadas cooperaron este año en las tareas de rescate y asistencia a las víctimas de las inundaciones en la ciudad de Bahía Blanca, primero, y en las localidades de Zárate y Campana -y alrededores- más recientemente.
Como ya venía ocurriendo, como contraprestación para quienes realicen esta instrucción, el Estado ofrece “sueldo mensual, aguinaldo y aportes jubilatorios transferibles al finalizar su permanencia”.
Además, los participantes cuentan con “asistencia sanitaria y afiliación a la obra social mientras prestan servicio; adquisición de experiencia laboral, capacitación y disciplina de trabajo, para desempeñarse en la vida civil a su baja; desarrollo de contactos personales en un clima de camaradería y respeto”.
Si bien ya fue firmado el plan por los representantes de ambos ministerios, los cambios en el programa todavía no comenzaron a regir y se irán implementando gradualmente.
Por otra parte, quienes completen el servicio tendrán la posibilidad de continuar su formación, si así lo desean, en alguna de las instituciones oficiales del Ejército, la Fuerza Aérea o la Armada.