Eduardo Blanco construyó una trayectoria en cine, teatro y televisión que combina humor, emoción y un estilo inconfundible; en una entrevista contó sobre la vez que casi renuncia a la profesión, los prejuicios de ser actor, la política y la grieta.
En referencia al último trabajo de su par Guillermo Francella, Blanco señaló que “si te gusta la película resulta que sos un facho y si no te gusta sos un kuka. La realidad es que ya está instalada una cosa que creo que nuestro Presidente tuvo mucho que ver con eso porque para mí es muy hábil para instalar temas y para que se hablen de esos temas de una manera casi irritante que no nos permiten hablar de otras cosas que creo que son más importantes”.
Y continuó: “A mí me resulta muy doloroso y no me parece que llegue a ningún lugar positivo porque nos aleja de los acuerdos, nos aleja de las coincidencias o de las disidencias, nos aleja de la posibilidad de poder hablar y de poder decir, independientemente de la película”.
En la misma línea, reflexionó: “Ya perdimos la posibilidad de ver la gama enorme de colores que tenemos frente a nuestros ojos y poder ir pintando un cuadro entre todos. O entre todos podamos inclusive, aunque pensemos distinto muchas cosas, y poder construir algo un poco mejor que lo que tenemos y no me refiero a ningún gobierno en especial aunque por supuesto siempre los que están en el poder, creo yo, son los primeros responsables”.
También se refirió a la coyuntura actual: “En este momento a mi me cuesta la idea de los acuerdos. En este momento la violencia que yo siento del discurso desde arriba a mi me resulta tan irritante que me aleja en vez de convocarme a buscar coincidencia. Es una opinión personal”.
Y ejemplificó: “Si vos me estás diciendo que los médicos que han hecho la universidad, que han estudiado y que están para curarnos, si no les alcanza el dinero que busquen otra cosa, a mi me estalla la cabeza”.
Cambiar a la ingeniería por el arte:
El actor confesó también su historia personal: cómo dejó atrás la ingeniería para seguir el camino del arte, con dudas, tropiezos y una valentía que lo marcó para siempre.
“Uno llega a la conclusión de que nadie con una edad y un recorrido, sabe nada. El único que sabe sos vos sobre lo propio. Y si no lo sabes, sos el único que lo puede averiguar”, dijo.
Y contó: “Mi papá era mecánico entonces hice un secundario técnico odié y detesté. Y se supone que la proyección de eso era la universidad, recibirme detesté ingeniero mecánico. Renunciar a eso sí necesitó valentía, enfrentar a mis padres y decirles que iba a ser actor, no me animé. No voy a ser ingeniero, voy a ver abogado les dije”.
“He logrado profesionalmente más cosas de las que me podía imaginar. Dos veces estuve a punto de renunciar a la profesión a los 30 y pocos y gracias a amigos y alguna valentía terminé tomando las decisiones correctas”, detalló.
Eduardo Blanco y su carrera:
El actor argentino de cine, teatro y televisión tiene ascendencia española por parte de ambos padres.
Su carrera comenzó como actor de teatro bajo la dirección de Norma Aleandro en Cyrano de Bergerac, y posteriormente actuó en obras de William Shakespeare como El sueño de una noche de verano y Macbeth.
Su debut en cine fue en Victoria 392 (1984), donde conoció y entabló amistad con el director Juan José Campanella y su guionista Fernando Castets. Campanella y Castets se dedicarían más tarde a escribir papeles específicamente para él en una trilogía de películas que tuvo a Ricardo Darín como protagonista y a Blanco como su amigo: El mismo amor, la misma lluvia (1999), El hijo de la novia (2001) y Luna de Avellaneda (2004). Blanco colaboró por quinta vez con Campanella en la serie de televisión Vientos de agua (2006).
En televisión actuó en la serie Aquí no hay quien viva (2008) y en 2011 participó del ciclo Recordando el show de Alejandro Molina por canal Encuentro.
En cine trabajó en películas como: Mensaje en una botella (2025); El vasco (2022): Cuando dejes de quererme (2018); Paternóster, la otra mirada (2016); Kamikaze (2014); 20.000 besos (2013); Una mujer sucede (2012); El pozo (2012); La vida empieza hoy (2010); Una hora más en Canarias (2010); Pájaros muertos (2009); Naranjo en flor (2008); Un minuto de silencio (2005); Tapas (2005); El tango de la psicoanalista (2005); Luna de Avellaneda (2004); Conversaciones con mamá (2004); El hijo de la novia (2001); El mismo amor, la misma lluvia (1999) y Victoria 392 (1984).
En televisión participó de Alta mar (2019-2020); Se trata de nosotros (2015); Entre caníbales (2015); Adictos (2011); Fronteras (2011); Recordando el show de Alejandro Molina (2011); Aquí no hay quien viva (2008); Vientos de agua (2006); Historias de sexo de gente común (2005); Franco Buenaventura, el profe (2002); El sodero de mi vida (2001); Primicias (2000); El hombre (1999); Por siempre mujercitas (1995-1996); Estrellita mía (1987); La viuda blanca (1986); Duro como la roca, frágil como el cristal (1985) y El pulpo negro (1985).