A las 3.17 de la madrugada de este jueves aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el vuelo proveniente de los Estados Unidos con los 10 pasajeros argentinos deportados por el Gobierno de Donald Trump. Todos ingresaron por la terminal privada y poco después se rencontraron con sus familiares.
El traslado se hizo en un avión de la empresa Omni Air International, un Boeing 767-300 con capacidad para 247 pasajeros, que la administración estadounidense rentó para llevar a cabo el procedimiento. En las afueras del aeropuerto Ministro Pistarini, se encontraba trabajando la Policía Federal Argentina y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, aunque no fueron necesarios procedimientos de seguridad. La salida de cada uno de los individuos se fue haciendo de manera paulatina, algunos con valijas y otros con algunas pertenencias en bolsas blancas.
“Es notable el odio en cuanto al racismo en esta paupérrima gestión de Trump”, señaló Matías García, un hombre que emigró a Estados Unidos en 2001 y que desde entonces tenía su vida establecida allí.
Según su testimonio, tenía permiso de trabajo hasta 2030. Fue detenido entre el 21 y 22 de agosto. “Mi hija tiene 21 años y luego de concluir el trámite me dijeron ‘pase por el costadito para unas preguntas adicionales’. Y ahí me llevaron”, describió. “Están partiendo familias a la mitad. Hay cosas inverosímiles de las cuales se están agarrando para sacarse de encima a los inmigrantes”, afirmó García con la voz entrecortada.
“Es extraño estar detenido en una situación tan inusual, porque esta gestión de Trump es una página negra dentro de la historia gloriosa de Estados Unidos. A los ojos de ellos nosotros somos criminales”, explicó.
García reconoció que ahora deberá aprender a vivir en la Argentina siendo un adulto, dado que cuando emigró del país tenía apenas 20 años.
Con respecto a la posibilidad de reencontrarse con su familia en Estados Unidos, respondió: “Sé que voy a regresar, pero no sé cuándo”. Algunos de los argentinos deportados decidieron no dar declaraciones en su llegada al país, aunque varios salieron repitiendo una misma frase: “No somos criminales”.
Otro de los deportados es Mario Robles, un joven de 25 años con marcado acento mexicano, dado que vive ahí desde los 18 años. Él contó que lo detuvieron cuando estaba por llegar a San Antonio, Texas. “No somos criminales, no matamos ni violamos. Ahora lo que quiero es estar con mi familia”, dijo Robles, quien no precisó los motivos de su detención. Según dijo, le informaron que no podría regresar a Estados Unidos durante cinco años.
En México tiene su esposa y a su hija. “Está complicado estar lejos de la familia, estar rodeado de gente buena”, concluyó.
Los motivos de la deportación:
El embajador argentino en Washington, Alejandro Oxenford, explicó que la medida responde a causas concretas: “Puede haber delitos de todo tipo o que tengan que ver con la emigración. Es una potestad de cada país decidir qué hacer con las personas que violan la ley dentro de su país”, señaló en una entrevista radial.
No obstante, el funcionario explicó: “Argentina es de los países del continente con menos casos. La lista de deportados es muy grande, y el número de argentinos es infinitésimo. Es como si dijera un millón de (deportados en total) y 17 (argentinos). Es más o menos cero”, remarcó.
En lo que va del año, más de 300.000 inmigrantes fueron detenidos en Estados Unidos bajo la política de endurecimiento migratorio de Trump, lo que muestra la magnitud de las expulsiones en curso. En ese escenario, los argentinos representan un número mínimo en comparación con comunidades de otros países de América Latina.
“Es un tema de Estados Unidos que básicamente manejan ellos. Nosotros asistimos con todo al ciudadano. Siempre lo hacemos así y lo seguiremos haciendo”, agregó Oxenford, que también destacó que durante el procedimiento de expulsión “no han habido incidentes”.
A pesar de que cinco de ellos no cuentan con antecedentes penales, fuentes diplomáticas explicaron a la prensa que se trata de una decisión unilateral de los Estados Unidos. La determinación de deportar está al margen de los antecedentes.
Según trascendidos, los deportados que aterrizaron en suelo argentino son:
- Daniel Rodrigo Céspedes (Robo)
- Maximiliano García (Sin antecedentes)
- Luciana Lorena Lopresti (Agresión)
- Sandra Márquez (S/A)
- Ernesto Nunez (S/A)
- Marcos Ontivero (Procurar prostitución)
- Pablo Ridolfo (Delitos contra el orden público)
- Mario Robles (S/A)
- Julián Francisco Rojas (S/A)
- Rodolfo Valor (Tráfico)