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La Iglesia Ortodoxa Griega

En el marco del Bicentenario de la Revolución de Mayo, el Plan de Restauración y Embellecimiento de edificios históricos de Buenos Aires avanza sin pausa. En esta entrega, la Iglesia Ortodoxa Griega una obra hecha a puro pulmón.
Jueves, 16 de abril de 2009 a las 14:38
Por José Luis Gallego
La Federación Argentina de Municipios suscribió los primeros 18 convenios, por un monto de 10 millones de pesos. El programa “Bicentenario y Obra Pública Patrimonial de la Provincia” está destinado a la recuperación de edificios y paseos públicos de valor histórico de los distritos.
   
Los primeros proyectos a ejecutarse, incluyen tareas de embellecimiento y restauración en el parque municipal General San Martín, de Alberti; en la plaza San Martín de Azul; en la Iglesia Ortodoxa Griega, de Berisso; en el Conjunto ferroviario de Mechita, en Bragado; en el cementerio Israelita, de Carlos Casares; en la plaza de Pringles; y en la sociedad de bomberos voluntarios de Ensenada.
 
Además, se harán mejoras en el centro Cultural Sarmiento, de Florencio Varela; en la plaza Alsina, de Guaminí; en la plaza Pereyra, de Laprida; en la plaza Rivadavia, en Alem; en la plaza san Martín, de Pellegrini; en el palacio municipal de Rauch; en la plaza de Tornquist; en el jardín 901, de Trenque Lauquen; en la biblioteca Juan Madero, de San Fernando; en la casilla Pedro Benoit, de La Plata; y en el palacio municipal de Balcarce.

24Con entrevistó al historiador de Berisso, Luis Guruciaga, quien nos contó sobre la Iglesia Griega Santos Constantino y Elena.

Según detalló el historiador, la piedra fundamental de la construcción se instaló el 16 de agosto de 1936. Su constructor fue un maestro mayor de obras de apellido Dioto. La inauguración se realizó el 17 de diciembre de 1937. En el acto hablaron Mijalakakis, en nombre de Juan Suculia, que se encontraba tan emocionado y no pudo pronunciar palabra alguna. Finalmente el cierre estuvo a cargo del embajador Dindramis.
 
Juan Suculia era un fuerte comerciante de la Plata que colaboró en la financiación, desde la compra del terreno hasta el final de la obra. Poco antes de su muerte donó a la colectividad el resto del dinero que le adeudaba la colectividad y escrituró todo lo realizado a nombre de la colectividad griega en Buenos Aires.

El había comprado todo, firmando contratos en su nombre, por cuanto la colectividad no estaba registrada con personería jurídica. Fue un benefactor que la colectividad recuerda permanentemente.

La Iglesia Ortodoxa Griega es en realidad una capilla, debido a sus dimensiones. Es la primera que se construyo en Ámerica del Sur.
 
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