Con el segundo tiempo recién empezado y con el resultado aún abierto, el partido entre Independiente y Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana quedó suspendido luego de que se desatara un enfrentamiento brutal entre los hinchas de los dos equipos.
Los incidentes comenzaron cuando los simpatizantes chilenos, ubicados en una bandeja en una cabecera, empezaron a lanzar palos, botellas y butacas. En principio, los hinchas del rojo empezaron a retroceder pero luego tiraron bombas de estruendos que produjeron heridas de gravedad.
Con el cruce ya desatado, los visitantes empezaron a ser desplazados de la popular y a la vez la organización abrió las puertas para que los ocupantes de la bandeja inferior de ese sector, hinchas del Rojo, pudieran pasar a la platea más cercana. Fue en ese momento que desde los altavoces anunciaron a los visitantes que debían retirarse completamente del estadio para retomar el juego y, aunque la gran mayoría se fue, un pequeño grupo se quedó lanzando cosas desde arriba.
En este marco, ingresaron al sector de los visitantes cerca de 100 barrabravas de Independiente para ir al choque con los hinchas rivales que permanecieron en el lugar. Los locales acorralaron contra la esquina de la tribuna al grupo de los pocos chilenos que quedaba y empezó a golpearlos brutalmente con palos y a desnudarlos. Tal fue la violencia del cruce que hubo personas que saltaron desde el sector alto del estadio.
Como resultado de estos enfrentamientos, varias personas resultaron heridas y debieron ser derivadas al Hospital Fiorito para su atención médica.
Entre los lesionados, se confirmó que dos individuos permanecerán internados debido a la gravedad de sus lesiones. Los mismos fueron identificados como chilenos de 33 años. Uno se encuentra entubado y en quirófano, presentando fractura con hundimiento de cráneo. Otro presenta fracturas múltiples y se encuentra en quirófano sin riesgo de vida.
El operativo de seguridad estuvo a cargo de 650 efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires e incluye 150 agentes de seguridad privada. Sin embargo, no había ningún agente en la tribuna chilena durante la avanzada de la barrabrava local.
Una vez finalizado el cruce, Daniel Schapira, dirigente del equipo chileno, apuntó: “Fue un problema de organización. No pueden poner a nuestra hinchada arriba de los locales. Es una locura. Vamos a ser sancionados sin dudas. Van a ser sanciones duras. Siempre estamos viviendo lo mismo. Es un tema cultural y social”.
A la polémica se sumó el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien culpó tanto a la "violencia en las barras" como a la "evidente irresponsabilidad en la organización" y ordenó a su embajador asistir a los heridos.
La CONMEBOL canceló el partido
Horas después de la finalización del conflicto, la CONMEBOL anunció que el encuentro de los octavos de final quedó cancelado, es decir, el partido no se terminará de jugar.
A través de un comunicado oficial, se reportó: "La Dirección de Competiciones y Operaciones de la CONMEBOL informó que en función a la falta de garantías de seguridad por parte del club local y de las autoridades locales de seguridad, que garanticen la continuidad del partido entre Independiente (ARG) y Universidad de Chile (CHI) por la Octavos de Final de la CONMEBOL Sudamericana 2025, dicho encuentro queda cancelado".
"Así mismo, agregó que, teniendo en cuenta que se ha cumplido con lo establecido en el Manual de Clubes para situaciones similares, sin que la situación se haya subsanado, se procede a la cancelación del partido y el caso será derivado a los Órganos Judiciales de la CONMEBOL para futuras determinaciones", concluyeron.