Luis Acuña está desorientado. Desde hace meses que enfrenta una causa (él y su familia) por lavado de dinero y estafa, lo que sin dudas afectó duramente su imagen. Pero eso no es todo: los números le dan mal por su gestión, la que muchos indican que está degastada por donde se la mire.
A eso se le suma la profunda crisis que vive el Frente Renovador, que de renovador finalmente no tuvo mucho si se tiene en cuenta que varios de los intendentes de peso que lo forjaron ya abandonaron el barco.
El intendente de Hurlingham está, además, solo. En los pasillos del municipio aseguran que busca algún puerto político para amarrar el aparato que le queda, pero del otro lado nadie atiende. No hay un faro a la vista. Se podría decir que, con este panroama, está en pleno naufragio.
Algo similar le ocurrió al alcalde de San Isidro, Gustavo Posse, que luego de querer intentar ser candidato a gobernador, debió declinar su anhelo al quedar huérfano de cuadros políticos. Ahora, se volvió a postular a la intendencia con su partido vecinalista.
Sin embargo el caso de Acuña es aún peor. Es que las encuestas lo ubican al concejal del Frente Para la Victoria Juan Zabaleta muy por encima suyo, y en el segundo lugar al candidato del PRO Lucas Delfino. En comparación, algo así como ocurre a nivel nacional con el propio Sergio Massa.
Lo cierto es que “Luis” quiere irse del FR. En ese plan, mantuvo algunas conversaciones con su par de Vicente López, Jorge Macri, para pasarse al PRO, pero su primo Mauricio fue el que descartó de cuajo la operación.
Por otra parte, desde el municipio de Hurlingham intentarían llevar a cabo una peor estrategia: instaurar el falso rumor de que el precandidato a presidente Florencio Randazzo le habría pedido a Acuña competir con Zabaleta en las PASO. Eso sería con el objetivo de contener a los que todavía subsisten en su entorno.
Cabe destacar que en el Frente Para la Victoria no tiene lugar, más que nada por las rotundas y graves críticas que desparramó al Proyecto en estos dos años de gestión bajo la bandera massista, y fundamentalmente porque los sectores kirchneristas dieron su total apoyo al zabatelismo. Sin dudas, el pez por la boca muere.
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3 de junio de 2015