Durante la exposición inaugural, a la derecha de quién supo ser la voz cantante de miles de gargantas endiabladas domingo tras domingo, se ubicó Javier Pastoriza; hijo del recordado Pato, fallecido el 02 de agosto de 2004. Culpable de la última gran hazaña internacional del Club Atlético Independiente, lejos y hace tiempo.
En el convite -desarrollado en la sede sito en av. Lacarra 2211, Avellaneda-, y ante la atenta mirada de varios dirigentes de distintos rincones opositores como ser “Lista Roja”, “Agrupación Independiente” y demás; los oradores no dudaron en sentar posición: “La idea es trabajar en conjunto con el hincha (de Independiente) para volver a ser lo que fuimos. No somos locos ni improvisados, las próximas elecciones las vamos a mirar de costado; preparándonos para las otras. Independiente es un grande dormido que empieza a despertarse y nosotros queremos alimentar al gigante para que crezca y camine a paso firme, siempre para adelante. Siendo el ejemplo que dejamos de ser. El club de ‘Los Gallegos Cascarabias’, donde los pibes soñaban con ir a jugar y al que las estrellas querían venir porque era modelo”.
Habiendo dejado de lado el atril, “El Gallego” Fernández se acercó a los casi 700 simpatizantes para cantar el himno Rojo con la mano derecha en el corazón, no sin antes recordarles que “este sueño lo empezamos a pensar con ellos y el resto de los muchachos (mientras abrazaba al Gordo Billy y a Cholo Vázquez, laderos en tardes de choripanes, tablón y vino) el día de la pseudo inauguración del Libertadores de América. Desde la platea, de frente a la popular, toda la ‘vieja guardia’ se fundió en un abrazo, con la promesa de hacer algo por ‘El Rojo’ y acá estamos. Dios quiera nos den la oportunidad”.
Martes 3 de Agosto de 2010