Esta semana los cinco miembros del concejo de Nelson, una localidad de poco más de 1.000 habitantes al norte de Atlanta (Georgia), votaron por unanimidad una ordenanza muy clara: cada "cabeza de familia" está "obligado a tener un arma de fuego, junto con la munición correspondiente".
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El objetivo es "prever la gestión de emergencias" y, sobre todo, "proteger la seguridad y el bienestar general de la localidad y de sus habitantes", según la ordenanza. "Queremos mostrar que nuestros vecinos quieren tener armas", dijo a la agencia Efe uno de los miembros del concejo de Nelson, Jackie Jarrett.
Se trata, según Jarrett, de demostrar "el apoyo" de los vecinos de Nelson a la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege el derecho a tener y portar armas, en medio del debate nacional sobre si es o no necesario restringirlo para prevenir tiroteos masivos.
La norma aprobada en Nelson imita a otra similar adoptada en 1982 por la localidad de Kennesaw, ubicada a unos 50 kilómetros y también en Georgia. Kennesaw, con 5.000 habitantes, fijó la obligatoriedad de un arma por hogar en respuesta a una iniciativa de Morton Grove (Illinois) que prohibió su posesión.
10 de abril de 2013