De la mano de Andy Murray Gran Bretaña volvió a la escena grande del tenis mundial al hacerse con la preciada Copa Davis. El escocés no titubeó y se impuso con jerarquía al belga David Goffin por 6-3, 7-5 y 6-3, sellando así la serie final con un contundente 4-1.
Ante la mirada del público local que copó el estadio Flanders Expo de Gante, Murray y Goffin se batieron en un atrayente duelo que, si uno se detiene a analizarlo mediante los números, fue parejo. La diferencia estuvo en los golpes ganadores, donde el escocés superó a su rival con un claro 37-24; y los 8 aces de diferencia a favor del ganador.
Goffin se mantuvo en partido gracias a su juego ofensivo, parecido al que lleva a cabo Roger Federer, que consiste en ahogar al rival con constantes subidas a la red. Esa estadística fue altamente favorable al belga (18/27 sobre 8/8).
El último tramo del encuentro fue pura tensión para Murray. Por eso, una vez que finalizó el mismo, se dejó caer al suelo con las manos en su cara, intentando ocultar un llanto de emoción por haberle dado a Gran Bretaña la décima Copa Davis. Misión cumplida.