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Cuando el intendente García ingresó al club, todo estaba preparado para que en ese mismo momento se destape el busto y el mandatario municipal quede encantado. Lo que no sabían los directivos era que “ese tipo de sorpresas no le gustan”, comentaron a este diario fuentes oficiales. Quienes lo acompañaron en la recorrida, confesaron a 24CON que el propio García dijo: “No me parezco a eso”. El disgusto fue tal que muchos dijeron en privado que “fue un papelón, una situación muy incómoda que se podía evitar”.
A pesar de la buena intención, hombres de confianza del intendente afirmaron que “si se hubiera enterado de lo que tenían preparado no lo hubiese permitido porque ese tipo de homenajes no le gustan para nada”. Es cierto. Cuando el Municipio financió la construcción de una tribuna de Colegiales y los directivos quisieron ponerle el nombre de Enrique García, el propio intendente se negó. Un funcionario, en cambio, fue más duro: “Es la típica demostración de un chupamedias, no había necesidad”.
A pesar del accionar obsecuente del presidente del Club Suva, Ricardo Undagoytía, también se exhibe el poder que se impregna en las personas cuando se eternizan en un cargo. García gobierna Vicente López hace 22 años. Aunque, no le haya agradado el busto, tendría que preguntarse qué hizo él para que los demás le rindan culto de esta manera. Sin embargo, también los vecinos del distrito tendrán que analizar si hay que agradecer el trabajo que su gobernante debiera hacer permanentemente, sin exclusividades.