|
Tomas Crom es periodista, no alcanza los 30 años de edad y se alejó de su Vicente Lopéz natal para alcanzar Machu Picchu. Pero sólo logró llegar a Aguas Calientes donde los atrapó la tormenta. Allí la crecida del río Vilcanota y el Urumbamba que destruyeron las vías de comunicación entre el alejado paraje y Cuzco. “Llegamos a Aguas el 21 de enero con tres guías. Eramos 32 personas, la mayoría argentinos. De todos los turistas que quedaron varados en la ciudad, los argentinos son los más numerosos y la mayoría son del conurbano. Somos los más quilomberos”.
Mientras recorrían la ciudad, el terror se apoderó de todo: “Estábamos esperando para irnos, caminando por una feria y de repente la gente del lugar empezó a guardar todo y se empezó a ir. Pensábamos que era la policía que los venía a levantar, pero en realidad era que se habían enterado que una represa había roto las barreras y eso podía inundar Aguas Calientes. Se refugiaron en una cancha de fútbol que estaba un poco mas arriba” cuenta del comienzo de la metamorfosis de sus vacaciones.
“Nos quedamos acá (Aguas Calientes). Por suerte teníamos un poco de dinero extra y nos pudimos quedar en un hostel. Otras personas tenía plata para un solo día y no tenían donde quedarse, entonces la municipalidad dispuso tres lugares donde pueden dormir: La escuela, la Nueva Alcaldía y el Instituto Nacional de Cultura. Ahí pusieron algunos colchones y mantas. Los que podemos vamos a hosteles pero los precios subieron mucho. Al principio pasaron de cobrar 30 Soles (alrededor de $40) a cobrar 40 dólares (poco menos de $150) pero el gobierno prometió regular y bajaron un poco” especificó y continúo explicando como se vive la espera. “Comida no falta, pero el problema mayor que hubo fue la falta de organización y comunicación porque nadie sabe muy bien que está pasando”.
Según explicó, quienes tuvieron que hacerse cargo de la organización fueron los mismos turistas ya que ninguna autoridad sabía que hacer. Y en esa organización destacaron los argentinos quienes tomaron la iniciativa y fueron los primeros en levantar la voz cuando norteamericanos y europeos intentaron pagar por ser rescatados, aunque algunos lo consiguieron.
“Los argentinos nos pusimos en la puerta de entrada de la estación de tren desde donde se traslada a los evacuados hacia el helipuerto, evitando que esta gente pueda pagar y ser rescatada. Queríamos que salgan primero los viejos, los enfermos, los niños y las mujeres. Para armar el plan de evacuación se juntó un equipo de delegados de cada país, los mismos turistas participaron en el plan e inclusive muchos se pusieron a trabajar, los médicos que estaban de vacaciones están atendiendo heridos” apuntó Crom.
|
Recien hoy a más de cuatro días desde que las intensas lluvias hicieron crecer los ríos de la región descendió desde Machu Picchu el último contingente de turistas y la mayoría de las personas mayores varadas en Aguas Calientes fueron trasladados hacia otras ciudades en helicóptero. Sólo quedan menores de 30 años ya que se respetó la organización planteada por la comisión de turistas comandados por argentinos: “Un compañero nuestro de 23 años se quedó en la puerta de la estación y evito que europeos y yanquis pudieran pagar por el rescate entonces las autoridades le pidieron que ayude a organizar bien el tema. A hacer la selección de gente”. Aunque los esfuerzos de los turistas no evitaron que helicópteros privados evacuaran personas adineradas desde el Machu Picchu Hotel, mientras el resto de la gente debió esperar la ayuda deambulando por Aguas Calientes.
Tomás sigue a la espera de poder ser evacuado y volver a su casa, pero se reconforta sabiendo que con la organización que nació de ellos mismos pudieron llevar adelante los rescates. Hoy la ciudad está tranquila, aun cuando todas las noches un diluvio asusta con empeorar las cosas y repetir lo que sucedió con Lucía Ramallo Sarlo y un guía, únicas víctimas fatales de los temporales. “Estábamos mirando el río y vimos como un alud se llevó un poste de luz, parte de una montaña y una casa, lo mismo pasó con la chica que murió. Yo estuve en el refugio que murió dos días antes de que se lo llevara el agua”.
Según informaron los lugareños no es la primera vez que la ciudad padece las destructivas crecidas de los ríos. Ya hace 7 años Aguas Calientes quedó sumergida bajo las corrientes, también en enero, porque es la temporada más peligrosa por ser época de lluvias. “Estamos bien, no hay saqueos ni robos, hay poco gas y está caro, pero hay electricidad, agua y hasta Internet. Nos están dando dos comidas por días… la ciudad está tranquila” finalizó el periodista sabiendo que es un sobreviviente de una odisea y un testigo especial de lo que el rigor de la montaña le puede hacer vivir al ser humano.
28 de enero de 2010
Notas Relacionadas:
Perú: Hay buen clima y rescataron a otros 50 argentinos
Los restos de Lucía Ramallo Sarlo llegarían mañana al país.
Dos aviones argentinos rescatarán a turistas varados en Perú
En Aguas Calientes salvan primero a los que pagaron más
La empresa que organizó el viaje de Lucía Ramallo, que falleció durante su ascenso al Machu Picchu, dijo hoy que existieron privilegios para evacuar a los turistas de la localidad de Aguas Calientes.