Los fieles de la parroquia Nuestra Señora de Luján de Berazategui no tienen paz. Un grupo de delincuentes los tiene en jaque ya que saquearon nueve veces el templo parroquial, las últimas dos en un lapso de apenas 48 horas.
Según publicó Infosur, el párroco, el padre “Quique” Nisoria, intentó crear un cerco poniendo una alarma que finalmente no tuvo el efecto esperado ya que volvieron a ingresar y se llevaron hasta imágenes de la Virgen. Ante el pánico creado en los fieles, el sacerdote se vio obligado a adelantar el horario de la misa vespertina por temor a que los delincuentes ingresen en el horario de la misa.
El sacerdote describió la situación por la que atraviesan y señaló que le escribió cinco cartas al intendente Patricio Mussi aunque nunca recibió respuesta. “Un viernes a principio de mes llegamos y encontramos las alcancías donde guardamos la ofrenda de la gente, abiertas y vacías. Nos dolió mucho pero no tuvimos tiempo de recuperarnos porque al domingo siguiente volvimos a entrar y estaban las mismas alcancías destruidas y todas las imágenes rotas. Incluso se habían llevado las coronitas de bronce de dos vírgenes”.
A raíz de los asaltos sufridos desde febrero de 2012, en la parroquia pusieron rejas, decidieron cerrar de 12 a 16 y los vecinos se organizaron para hacer guardias. Pero ninguna medida sirvió.
“Esta semana contratamos una empresa de alarmas privada, con gastos que corren por cuenta de la parroquia –explica–. Cada hecho fue denunciado como corresponde. Los primeros días después de la denuncia hay revuelo y más presencia policial. Pero a los pocos días vuelve a ser lo mismo. Y, aunque no encontramos los motivos, la cámara de seguridad de Control Urbano que está en la esquina, siempre enfoca al mismo local y nunca a nuestra iglesia”, señaló.
“No sé si no nos quieren escuchar quejarnos de la inseguridad, pero tampoco tuvimos respuesta alguna de la Municipalidad –afirma el cura–. Le escribimos cinco cartas al Intendente solicitando audiencia, pero nunca nos contestaron”. “Lo más doloroso es ver que, además de llevarse las cosas, rompen todo lo que queda. Y la verdad es que tenemos miedo que pase algo mientras estamos en misa”, señala Laura Montilla, vecina de Villa España que suele concurrir a la parroquia.
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1 de septiembre de 2013