El encuentro correspondiente a la B Metropolitana no se jugó porque la Policía Bonaerense señaló que "no estaban dadas las garantías". Para el presidente del club, "fue un hecho ajeno al club".
Los barras, como si fuesen los verdaderos dueños del fútbol, no permitieron que se dispute el partido entre San Telmo y Deportivo Armenio, correspondiente a la B Nacional. El encuentro se suspendió debido a que la Policía Bonaerense no podía brindar las garantías de seguridad, luego de la muerte de un hincha del Candombero sucedida el sábado.
Las primeras versiones indican que las fuerzas de seguridad se negaron a brindar el servicio porque, según trascendió, el clima en los alrededores del estadio estaba "tenso y enrarecido" por el asesinato del día anterior. San Telmo había contratado a 110 policías con un costo superior a los $38.720. De todos modos, el mandamás del club, Fernando Leiro, desechó la responsabilidad de la institución que preside en el hecho que motivó la suspensión: "Es un hecho ajeno al nuestro club y es un caso puramente policial de una persona que murió uno o dos días antes del partidoy fue la policía la que no dio garantías", indicó.
Agregó, de hecho, que la cancelación del choque se definió "en la comisaría tercera de Avellaneda, no en la cancha", ya que el árbitro Pablo Dóvalo "se enteró que no se jugaba el partido en la seccional, no en la cancha". Justamente el mismo juez tuvo que terminar intempestivamenteel partido entre Talleres de Remedios de Escalada y Defensores de Belgrano por incidentes entre integrantes de la barra brava del club local y la Policía.