Una familia de Ramos Mejía salió a comer a un restaurante y al volver a su domicilio se dieron cuenta que les habían entrado y se habían llevado efectivo y alhajas.
Las cámaras del edificio, ubicado en Avenida Gaona, registraron como tres delincuentes ingresaron a la 1:30 de la mañana con la cara semitapada pero sin forzar la puerta de entrada.
En la secuencia, que duró apenas seis minutos, los ladrones tantearon varias puertas hasta dar con el departamento correcto.
La hipótesis de las víctimas es que los delincuentes les habrían inhibido el auto mientras cenaban y dentro encontraron un juego de llaves y documentación que les permitió dar con el edificio.
La modalidad delictiva se vuelve cada vez más recurrente y pone en alerta a las familias al momento de salir afuera.