El universo de la inteligencia artificial vuelve a revolucionar el terreno audiovisual. OpenAI presentó Sora 2, una aplicación capaz de generar videos hiperrealistas a partir de simples instrucciones escritas. Con apenas unas líneas de texto, la plataforma crea escenas completas, con imágenes, voces y movimientos que imitan la realidad con asombrosa precisión.
Por el momento, está disponible solo para iOS y mediante invitación, y permite a los usuarios crear una versión digital de sí mismos, además de protagonizar clips como si fueran actores de una película generada por inteligencia artificial. La propuesta combina creatividad, entretenimiento y tecnología de punta, al tiempo que plantea nuevas preguntas sobre los límites entre lo real y lo artificial.
Cómo funciona:
El sistema utiliza el modelo de video más avanzado de OpenAI, diseñado para mantener la coherencia visual y gestual en cada toma. Al registrarse, el usuario puede grabar su rostro en distintos ángulos y pronunciar una breve serie de frases o números. A partir de ese registro, la aplicación crea un “avatar hiperrealista” capaz de hablar, gesticular y moverse como su versión real.
Una vez generado el modelo, basta con escribir una orden —por ejemplo, “yo caminando por París bajo la lluvia” o “una charla en la oficina”— para que Sora 2 produzca un clip completo con ambientación, iluminación y sonido incluidos. Todo el proceso dura apenas unos segundos.
La aplicación también incluye un ‘feed’ social similar a TikTok, donde se comparten los videos creados por la comunidad. Cada usuario puede elegir si su imagen digital puede ser utilizada por otros o mantenerla de uso exclusivo, estableciendo un grado de control sobre su identidad virtual.
Los riesgos éticos:
Con este lanzamiento, OpenAI busca expandirse más allá del campo técnico para conquistar el mundo del entretenimiento y la creación de contenidos. La app está pensada como una herramienta lúdica y expresiva: los usuarios pueden protagonizar escenas de ciencia ficción, recrear momentos históricos o generar performances imposibles en la vida real.
Sin embargo, el avance también trae consigo riesgos éticos. La facilidad para crear deepfakes —videos falsos que imitan rostros reales— podría derivar en usos indebidos, desde desinformación hasta suplantación de identidad. Por eso, la compañía afirma haber incorporado filtros que bloquean contenido sexual, violento o con personajes públicos no autorizados.
Aun así, la discusión continúa abierta. Expertos en comunicación digital advierten que la velocidad con la que evoluciona la IA desafía las regulaciones existentes y pone a prueba nuestra capacidad para distinguir lo real de lo fabricado.
El futuro inmediato:
Sora 2 marca un punto de inflexión en la relación entre inteligencia artificial, creatividad y medios sociales. Lo que antes requería equipos de rodaje, actores y posproducción, hoy se resume en un comando escrito. Esa accesibilidad promete democratizar la creación de videos, pero también obliga a repensar el valor de la autenticidad en la era digital.
OpenAI, liderada por Sam Altman, apuesta a que esta tecnología cambie la forma en que las personas se expresan y se representan en línea. Su objetivo no es reemplazar la producción audiovisual tradicional, sino ofrecer una herramienta capaz de expandir los límites de la imaginación.
En una época en la que la inteligencia artificial ya escribe, dibuja y compone música, Sora 2 llega para ponerle rostro y movimiento al futuro.