Por supuesto, también están quienes no desean encontrarse con determinadas personas, pero por diversos motivos se ven "obligados" a hacerlo. Pero seguramente quienes peor la pasan son aquellos que deben concurrir a sus trabajos mientras todos los demás festejan, brindan y tiran cohetes junto con los que más quieren. No sólo en Año Nuevo, sino también en la propia navidad.
Los bomberos, policías, médicos y enfermeros son los casos más resonantes, pero hay muchos otros: como la seguridad privada de lugares como shoppings o casinos (por sólo citar algunos ejemplos). También hay muchos restaurantes que ofrecen, reserva mediante, cenas navideñas y de fin de año; por lo cual tanto cocineros, como mozos, como los propios dueños, deben trabajar.
En los medios de comunicación siempre quedan algunos periodistas haciendo guardia en las redacciones. Por suerte, quien escribe no es uno de esos.
Por otra parte, algunas remiserías trabajan hasta las 21, aproximadamente, para luego retomar apenas entrada la madrugada, cuando se limitan a realizar viajes previamente reservados. Algo similar ocurre con los colectiveros, excepto por las reservas. La gran diferencia es que la mayoría de las remiserías no trabajan el 25 de diciembre, ni el 1 de enero.
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Si de transporte público se habla, los más sacrificados son los trabajadores de los trenes, ya que algunos ven pasar las doce subidos a las formaciones. Para no ser menos, hay muchos taxistas que tampoco se bajan del auto, o al menos no por mucho tiempo. Asimismo, hay micros de larga distancia que brindan (con bebidas sin alcohol, se especula) en plena ruta.
Pero no son los únicos que están alejados. La Antártida Argentina está ocupada por los muchachos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, quienes pasan las fiestas rodeados de frío y hielo.
En otro rubro, se sabe que los boliches bailables toman a las fiestas como un viernes o sábado más, independientemente de qué día del calendario ocupe la fiesta; por lo cual todo el personal implicado en la movida nocturna debe trabajar.
Si de trabajadores de la noche se habla, es imposible omitir a las prostitutas, quienes tampoco tienen descanso, aunque suelen incrementar sus tarifas.
Finalmente, el trabajador más sacrificado de las fiestas, sin dudas, Papá Noel. El gordo de los cachetes colorados y la intachable sonrisa pasa toda la "noche buena" recorriendo las casas para dejarle regalos a grandes y chicos, aunque bien vale mencionar que sólo trabaja una vez al año.