Fiesta, vino y el brindis más grande del mundo

Fue así que ni bien terminó la cuenta regresiva en un clima de emoción parecido al despegue del Apolo 11 en Cabo Kennedy, el eco de las montañas duplicó el grito de euforia de los casi 30 mil bebedores y todo estalló en alegría: el acto central de la Fiesta de la Vendimia estaba comenzando.

Enseguida las luces volvieron a copar el escenario y unos 250 artistas en escena se repartieron a lo largo del show como en un todo homogéneo de colores, danza y música. En su 75º edición, el lei motiv fue homenajear a los hacedores del rubro vitivinícola. Bajo el lema “Los rostros de la Vendimia”, y con la dirección del prestigioso Walter Neira, las coreografías fueron relatando las instancias de la producción del vino, con un claro hincapié en la costumbre y el folclore no solo de la tierra del bueno vino, sino también del país. 

Todo ocurría ante la mirada nerviosa de las 17 candidatas a reinas, que representan a cada departamento de la provincia (salvo la ciudad de Mendoza que está excluida). Cerca de la 1 el espectáculo principal le dejaba lugar a la tribuna.

La hilera de chicas aspirantes a consagrarse ocupaba el piso principal de las gradas y las pantallas gigantes reproducían primeros planos de rostros bonitos y sonrisas perfectas, dignas de protagonizar una publicidad de dentífricos. Mientras, la hinchada le ponía picante al show y hacía lo propio con cornetas, aplausos, gritos y carteles que daban aliento a las concursantes. El clima era de alegría, de fiesta. Como en la canción de Serrat, donde “el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarle la facha”.

Se contabilizaron uno por uno los votos que efectuó el jurado integrado por personalidades políticas y famosos. Así, la tensión se incrementaba y la tabla de posiciones fluctuaba según los puntos que iban acumulando cada una. San Rafael y Guaymallén dieron batalla, pero el grito del locutor fue contundente: “Goooo Dooooy Cruz”. Gabriela Koltes, de 20 años, deportista y estudiante de abogacía, se consagraba Reina de la Vendimia 2011. Coronada de gloria, ocupaba el primer lugar del show. Toda la atención estaba puesta en ella, quien agradeció con besos y saludos cortitos con la palma de la mano.

La gran final llegaría acompañada de melodías aguerridas, y como todos los años, con un mega show de fuegos artificiales que por más de 15 minutos pintaría de luces el cielo andino. Pasadas las 2, y parafraseando sin permiso nuevamente al “Nano”, la fiesta se acabó (…) y “por una noche se olvidó que cada uno es cada cual”.

Fotos: Gisela Romio

06 de marzo de 2011