Su equipo pierde 1-0 contra Suecia y se está despidiendo del Mundial Corea-Japón 2002, Marcelo Bielsa camina, se agacha, se para y vuelve a caminar. Algo tiene que intentar, pero ¿qué? Faltan 32 minutos y mira al banco de los suplentes.
Allí está Hernán Crespo, quien espera ansioso su chance. El Loco se decide y lo hace entrar. ¿Sale un defensor? ¿Resigna un volante? No nada de eso, el DT sacrifica al experimentado Gabriel Batistuta. ¿Por qué? Porque, según él, no pueden jugar juntos. El ex River marcaría el 1-1 tras un penal fallado por Ariel Ortega, pero el resultado dejaría al conjunto argentino fuera de la Copa del Mundo antes de los octavo de final.
Marcelo Bielsa no cedió a sus convicciones ni el momento más difícil de su etapa como entrenador de la selección argentina. Muchos tiempos después, ya como entrenador del Olympique de Marsella, en donde le recriminaban la misma actitud, reconoció: "Desde hace 15 años reflexiono sobre ese tema (utilizar a dos '9'). Empecé con Batistuta y Crespo. Cualquier argentino le hablará muy mal de mí sobre este tema".
Pero, durante todo este tiempo, jamás se había escuchado la opinión de Batistuta y a Crespo, protagonistas principales del conflicto. Recientemente, en una entrevista, Batigol se refirió al tema y criticó la actitud del DT: "El único que pensaba que Crespo y yo no podíamos jugar juntos era el que mandaba, Bielsa. Se lo dije en varias oportunidades. Fue fiel a su idea, pero cometió un error. No veía ningún conflicto yo, incluso nos llevábamos bien. Jugábamos distinto".
Pocas horas después, Crespo recogió el guante del debate y apoyó las declaraciones de su ex compañero con una frase contundente: "¡Qué lástima! ¡Hubiera sido divertido!".