Las victimas identificadas como Mauricio Quispe Condolí, de 38 años, y su esposa, Gregoria Boradi, de 37, dos ciudadanos bolivianos que vivían en el barrio de mataderos.
Según personal policial que revisó la escena del crimen informó que los cuerpos estaban maniatados y con precintos en el cuello, además de que el lugar estaba en un desorden total por lo que la primera hipótesis apuntó a un intento de robo.
En esta casa, ubicada en la calle Laferrere al 6100, funcionaba un taller de costura por lo que aun no fue descartada la posibilidad de un ajuste de cuentas entre textiles.