El partido de San Isidro cuenta con un área protegida que mantiene el paisaje como fuera la costa bonaerense desde hace siglos. Muy cerca a esta reserva se erigía un bosque también virgen y que captaba gran parte de la flora y la fauna de la región. El Bosque Alegre en apenas unos días perdió gran parte de sus árboles por una Ordenanza del Concejo Deliberante.
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El acuerdo fue avalado por los concejales el 3 de agosto y apenas 6 días después el Intendente Gustavo Posse a través de un decreto lo promulgó. Un segundo artículo de la ordenanza municipal estipula una concesión de 20 años otorgada al CASI, a partir del 1 de Diciembre de 2010.
Aún cuando había sido publicada la ordenanza, en la que se anexa un plano y el acuerdo completo entre el Municipio y el CASI, recién unos días después, cuando se iniciaron los trabajos de tala y deforestación, se dio a conocer la noticia del paso de manos del bosque nativo. La Asociación Ribera Norte, quien tiene a su cargo el asesoramiento científico-técnico del manejo de la Reserva Natural Ribera Norte de San Isidro, se topó con los trabajos de desmonte el 23 de septiembre y desde entonces reclaman una respuesta del municipio y el intendente: “Hay una ordenanza en donde el municipio cede en uso el predio pero no se hizo una audiencia pública ni una evaluación de impacto ambiental sobre el uso que se le van a dar a los terrenos del bosque”, apuntó a 24CON Berenice Charpin, presidenta de la Asociación.
Al día siguiente de toparse con los trabajadores y las máquinas que arrasaban el predio, la asociación emitió un comunicado pidiendo una respuesta sobre la destructiva invasión al bosque. La réplica llegó desde un tercero. El CASI difundió una carta destinada a la comunidad Sanisidrense en la que en 12 puntos explicó, paso a paso, qué sucedía con el predio y en qué constaba el acuerdo con el distrito, aludiendo que no se taló el bosque, que no es un espacio natural y que no es de la extensión denunciada. Así mismo, hace hincapié en el uso social del predio y en la obligación del club de las obras. Sin embargo, las fotos tomadas por los proteccionistas demuestran la tala de especies autóctonas y la destrucción de la flora como la comunidad de Equisetum.
“No es un uso que respeta al bosque sino que lo destruye. Nosotros no tenemos un conflicto con el CASI que cumplió con todos los requisitos de la municipalidad. Pero ahora está autorizado hasta a cercarlo y con una entrega a muchos años. Nosotros queremos saber porque la Municipalidad hizo esto”, argumentó Charpín.
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“Le reenviamos la carta esta semana pero ya por mesa de entrada para tener un número de legajo. Esperamos nos responda. Si el municipio necesitaba más canchas, tiene que ser consultado públicamente, en vez de tirar debajo de las últimas hectáreas… se podía hacer en otro lugar”, finalizó la ambientalista.
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La Asociación Ribera Norte ha realizado relevamientos sobre flora y fauna en la región que demostraron que allí habitan 230 especies de aves, 15 de mamíferos, 14 de reptiles además de vegetación autóctona y exótica. El Bosque Alegre ayuda con la mantención de esta biodiversidad además de contar con tres ambientes naturales de la costa del río: la playa y el juncal, el matorral ribereño; y el bosque de albardón. Además conserva una comunidad de una planta que sobrevive desde el período carbonífero, la Equisetum Giganteum o Cola de Caballo.
El bosque no volverá a ser el mismo pero aún se está a tiempo de reparar el daño producido. Todavía se puede conservar un espacio que preserva el paisaje natural de la costa bonaerense que ya se ha perdido en casi toda la ribera del Rió de la Plata en la zona norte del Conurbano.
Mirá los videos filmados por vecinos y miembros de la Asociación Ribera Norte que muestran la tala indiscriminada en el Bosque Alegre
14 de octubre de 2011