El presente de la actriz Florinda Meza no es el mejor. Cuesta creer que la última mujer de Roberto Gómez Bolaños, y una de las protagonistas de la serie El Chavo del 8, hoy se vea obligada a desprenderse de sus bienes para poder sobrevivir. Ella misma, en una reciente aparición en la televisión chilena, confirmó la información: la mansión de Cancún que compartía con su marido y mentor fue puesta a la venta a un valor millonario, pero muy inferior al precio de mercado.
"Deseo con toda el alma que aparezca un comprador. La estoy vendiendo inclusive muy barata, casi al costo del terreno", declaró a la cadena Telemundo. ¿La cifra? Se habla de dos millones de dólares. "Tenemos más de lo que soñamos, pero mucho menos de lo que la gente cree". Lo decía Roberto Gómez Bolaños.
Y hoy lo reafirma Florinda Meza a la hora de reconocer que su lujoso ritmo de vida ya le resulta insostenible. Las voces más extremistas hablan de la quiebra de Doña Florinda, como la llaman todos, como si el nombre de la ficción hubiera pasado de la pantalla a su vida real. No son pocos los que afirman que la lujosa residencia de 1370 metros cuadrados ubicada a metros del mar, no sería el único bien de su actual patrimonio que estaría rematando. La venta de joyas y propiedades menores, y la reducción de su personal de servicio, son algunas de las medidas que habría tomado para que los números no den más en rojo en la alicaída economía doméstica.
Comienzo del fin
El 28 de noviembre de 2014, a la edad de 85 años, dejó de existir Roberto Gómez Bolaños , "Chespirito". Ese mismo día nació el mito de un hombre que endulzó la infancia de varias generaciones en toda América. A las dos de la tarde de esa calurosa siesta de Cancún le ofreció su último suspiro a Florinda, que se encontraba a su lado cuidándolo como lo hacía en los últimos tres años.
En ese preciso instante en el que se inició el duelo, comenzaron los problemas financieros de su viuda. Se habla de una herencia de 15 millones de dólares, cifra no confirmada oficialmente ni por Florinda ni por los hijos que Bolaños tuvo con su primera mujer, a quien Meza siempre respetó.Varias serían las razones de la debacle. Los contratos con Televisa tendrían carácter leonino, con lo cual la actriz no se vería beneficiada con las repeticiones de los programas en todo el continente.
Por otra parte, las regalías por el merchandising, generado con los diversos personajes creados por el autor, irían a engrosar, tal como lo estipularía el testamento, las cuentas bancarias de los hijos de Chespirito y no los de su viuda.
Hoy, la actriz vive recluida en su propiedad de México D.F. mientras espera un posible comprador para la mansión de Cancún de la que ya no puede hacerse cargo. Esta casa tiene un costo mensual que excede cuatro veces a la vivienda permanente de Meza en la ciudad.
La fastuosa residencia cuenta con piscina, parque y dependencias para el personal de servicio tan lujosas como lo son las de sus propietarios, lo cual habla de la generosidad de la pareja ante sus asistentes. Cada detalle de la propiedad de estilo ecléctico ha sido pensado por Florinda Meza. Los recuerdos agobian a la actriz que se resiste a pasar largas temporadas aquí como lo hacía con su marido en vida.
"Cuando teníamos uno o dos días libres, en plena época de grabaciones, nos escapábamos con Roberto a nuestro refugio", confesó alguna vez. Esa guarida hoy está intacta, impecable, detenida en el tiempo. Y sin la vida que sus dueños le daban cada vez que llegaban para convertirla en el paraíso soñado por ambos. Florinda transcurre algunos días en esta mansión que ya le queda grande. Ni los hijos ni los nietos de Bolaños, a quienes considera como propios, llegan con la asiduidad de antaño. Demasiados metros para una mujer sola que convive con recuerdos y algunos perros de compañía.