Anatoli Brushkov, jefe del Departamento de Geocriología de la Universidad Estatal de Moscú, asegura que se ha inyectado la bacteria Bacillus F, de “la vida eterna”, que los científicos hallaron en la república rusa de Sajá, en el Lejano Oriente ruso, donde se ha mantenido viva en el permafrost durante millones de años.
“Empecé a trabajar más tiempo, no he tenido una gripe durante los últimos dos años”, admitió Brushkov. “Después de experiencias exitosas en ratones y moscas de la fruta, pensé que sería interesante probar el cultivo inactivado de la bacteria”, agregó el científico que se inyectó la bacteria y hoy asegura estar mejor que nunca.
Brushkov añadió además que “no es realmente un experimento científico, así que no puedo describir profesionalmente los efectos. Pero tengo muy claro que no he tenido gripe durante dos años. Quizás hubo algún efecto secundario, pero debe haber un equipo médico especial para detectarlos. Por supuesto, este tipo de experimentos debe llevarse a cabo en la clínica, con el equipo y las estadísticas especiales. Entonces podríamos hablar con claridad acerca de todos los efectos”.
El especialista ruso asegura además que no es el primer humano en contar con esta bacteria en el cuerpo y explica que a medida que el permafrost se descongela, estas bacterias ingresan al medio ambiente, en el agua, y la población de estas regiones lleva mucho tiempo consumiendo estas células con el agua, por lo que, según sostiene Brushov, son capaces de vivir más que otros hombres.
Actualmente los investigadores no saben exactamente cómo funcionan los mencionados microorganismos, pero insisten en que su impacto es evidente. Por ejemplo, los ratones en los que se experimenta viven más tiempo e incluso al envejecer continúan reproduciéndose con frecuencia. En ese sentido, se estima que la bacteria tiene la capacidad de mejorar el sistema inmunológico.