- La cocina: La mesa del comedor es un espacio de usos múltiples en muchos hogares. En ella se realizan infinidad de actividades: manualidades, lectura de periódicos, juegos de mesa y tareas escolares. Esto puede conducir al caos y dificultar que la familia se reúna tranquilamente a la hora de la comida. Cuando se levanta el desorden de la mesa, comunmente se apila en un rincón del comedor, generando así un distractor a la hora de la comida.
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¿Solución? Una especialista recomienda hacer una lista de cada actividad que se realiza en la mesa o en la cocina –además de comer–, guardar las cosas que se usan para cada quehacer en contenedores diferentes y colocarles una etiqueta para identificarlos. Antes de las comidas, guardar todo en su respectivo recipiente y llevarlos a un lugar apartado, de modo que no puedan ser vistos desde el comedor.
- El living: La sala debe ser un lugar de relajación. Los asientos deben ser cómodos y la decoración debe transmitir alegría. Analizá si tu sala cumple con este fin, de lo contrario, identificá qué es lo que se interpone en el camino. Tener demasiados muebles en la sala puede hacer que se vea bien pero, ¿son cómodos? ¿Hay, por ejemplo, un montón de revistas tapando las fotografías de tus familiares? Si respondes que sí, recomiendan lo siguiente: “Quitá cualquier cosa de tu sala que no te haga sentir relajada y alegre. Seleccioná muebles cómodos, no los que son muy rígidos y formales”.
- El baño: Diversos productos que guardás en el baño pueden alimentar tus inseguridades: crema para las arrugas (diciéndote que ya no eres joven), o una balanza recordándote que no eres tan delgado.
¿Solución? Analizá tus productos de belleza, uno por uno. La especialista recomienda cuestionarte sobre el uso que les das: “¿Te sentís bien con vos misma cuando utilizás la tintura del cabello o la crema para la piel, o sólo te recuerdan tus imperfecciones físicas? Tirá cualquier cosa que te haga sentir mal con vos misma. Este tipo de cosas no tiene lugar en tu casa”.
- Los objetos: Antes de llenar la casa de objetos, “es importante tener la certeza absoluta acerca de nuestras intenciones”, indican los expertos. Pensá en el tipo de energía que quieres crear en cada habitación de tu casa. Si un objeto no es fiel a la intención planeada, es mejor excluirlo. Preguntate si actualmente usás el objeto en discordia. No importa si lo usaste antes, si no lo has tocado en el último año, es mejor que te deshagas de él. Si tenés objetos en tu casa que te recuerden a algún trauma o te hagan sentir culpa, amargura, arrepentimiento, rabia o preocupación, tal vez sería mejor dejarlos ir.
14 de enero de 2015
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