Una policía que acompañaba al suboficial que el martes murió de un tiro en la cabeza durante una persecución en localidad bonaerense de La Tablada, reconoció este miércoles que a ella se le escapó el disparo que habría causado la muerte cuando se encandiló con las luces de la baliza del patrullero.
Se trata de la oficial de policía que acompañaba al sargento Miguel Ángel Medina (30) en el móvil del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) Norte de La Matanza y que ayer a la madrugada se tiroteó con dos sospechosos en La Tablada.
En tanto, Maximiliano Ezequiel Rodríguez López (24) y Sergio Hernán Fleitas (30), quienes eran perseguidos por ambos efectivos, quedaron detenidos por el delito de "robo con arma" a disposición de la fiscalía de Flagrancia del departamento judicial La Matanza.
El Ministerio de Seguridad bonaerense informó que la joven policía, identificada como Verónica Castillo (24), ingresó a la fuerza en abril de 2011 y ya fue desafectada de sus funciones.
La uniformada declaró ayer frente al fiscal Jorge Yametti, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza -quien aún no adoptó ningún temperamento con respecto a ella-, y le dijo que se le escapó un tiro "por error".
La efectivo contó ante el fiscal que en el momento en el que arribaron a la casa de la calle Jujuy 5451, donde uno de los dos sospechosos intentaba refugiarse, ella descendió del móvil policial y al parapetarse detrás de éste y apuntar su arma reglamentaria 9 milímetros por sobre el techo, se "encandiló" con las luces de la baliza, dijo una fuente con acceso al expediente.
Al continuar su relato, la efectivo del CPC explicó que la mano con la que sostenía el arma golpeó contra la baliza o su soporte y en ese momento efectuó accidentalmente "un único disparo" y luego de ello vio a su compañero, el sargento Medina, tendido en la calle con una herida de bala en la cabeza.
Medina fue trasladado al Hospital Balestrini de La Matanza, donde posteriormente falleció por la gravedad de la herida.
Fuentes de la investigación revelaron a la agencia Télam que si bien a los detenidos no se les secuestró ningún arma de fuego, en la esquina donde ocurrió el hecho hubo un tiroteo, por lo que estimaron que pudieron haber descartado un revólver durante la huida.
En tanto, el fiscal Yametti esperaba una serie de pericias y testimonios para establecer qué temperamento adopta con la policía, quien podría llegar a ser imputada por el "homicidio culposo" de su compañero.
La fiscalía secuestró y mandó peritar las dos pistolas 9 milímetros de los policías, una marca Astra asignada a la víctima y la Taurus provista a su compañera.
La auditora general de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad bonaerense, Viviana Mónica Arcidiácono, aseguró que la policía también dio la versión del disparo accidental ante sus superiores y que por ese motivo, ayer mismo, se tomó la decisión de desafectarla del servicio.
"Creo que es un hecho desgraciado, pero para hacer la investigación como corresponde, entiendo que teníamos que desafectarla al menos hasta saber cómo fue todo el hecho", explicó a Arcidiácono.
"Es una efectivo que está en estado de shock y con un estrés que la hace peligrosa para que siga teniendo un arma y no puede estar de servicio", agregó la funcionaria.
En tanto, los dos jóvenes aprehendidos tras la persecución, Rodríguez López, -quien vive en la finca de Jujuy 5451, y Fleitas, detenido a una cuadra, donde también tiene domicilio-, quedaron presos pero por el robo cometido con un arma blanca a una estación de servicio, antes de la persecución policial.
Fuentes policiales precisaron que ese robo fue a un playero de una estación de servicio Shell ubicada en Camino de Cintura (avenida Monseñor Bufano) y Godoy Cruz de La Tablada, a cinco cuadras donde luego se produjo la muerte del sargento Medina.
Los voceros explicaron que en ese robo -que quedó registrado parcialmente por una de las cámaras del comercio asaltado-, se ve cuando dos delincuentes se acercan al playero, que estaba descansando sentado en el córdon de la vereda, y le roban dinero y el celular marca Nokia.
El empleado declaró que sólo lo amenazaron con un cuchillo y que no vio ningún arma de fuego, aunque las fuentes dijeron que hubo un tiroteo entre los sospechosos y los efectivos del CPC de Matanza Norte, pese a que el disparo que mató a Medina pudo haber partido de la pistola de la policía.
4 de febrero de 2015
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