La unidad no fue clausurada aún porque el Gobierno bonaerense apeló la medida, en tanto Roberto Cipriano García, del Comité contra la Tortura, manifestó que "constataron las inhumanas condiciones en que se encontraban los detenidos" y remarcó que "la alimentación era escasa e incomible y no había atención médica adecuada".
Además, el abogado expresó que algunos internos "dormían directamente en los camastros de cemento y había una profusión de insectos y ratas", y agregó que "la mayoría de las celdas tenían las letrinas tapadas, carecían de vidrios, de agua potable, de agua caliente para ducharse".
García subrayó que "esa unidad debe ser de paso, los presos no deberían estar allí más de dos días, ya que de allí se los deriva a otra unidad; pero en la práctica eso no se respeta y hay detenidos que están más de 20 días".
Asimismo explicó que "La Unidad 29 (a la que los detenidos la llaman "El Infierno") es un engranaje importante en el sistema de traslados constantes que emplea el Servicio Penitenciario Bonaerense por lo que pasan más de 6 mil detenidos todos los meses". Remarcó que los detenidos "permanecen encerrados las 24 horas, sin acceso a actividades educativas, ni laborales, ya que no están previstas estas actividades por ser una unidad de paso".
En la resolución judicial se ordena la clausura de la unidad 29 "en su totalidad hasta tanto se efectivicen las reformas y/o reparaciones que permitan hacer de todo este sector un ámbito digno y seguro para el alojamiento futuro de detenidos", luego de varias inspecciones realizadas por las defensorías de La Plata y San Martín.