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Después de un mes de espera, finalmente el viernes pasado, el Comité de Bioética del nosocomio accedió al pedido de la adolescente de 19 años que padecía síndrome de Neurofibromatosis y la sedó profundamente hasta esperar el final. Y es que, Melina no quería sufrir más los fuertes dolores corporales que la aquejaban. Melina estaba pesando sólo 20 kilos y su cuerpo estaba casi en su totalidad paralizado.
Su madre, Susana Bustamante, expresó su dolor: “Esta tarde se fue Melina, un ángel que será eterno. Dejó de sufrir, eso es lo que me da fuerzas para no quebrarme", sostuvo. Luego agregó: “Murió mientras le acariciaba el pelo y le tomaba la mano. Estuvieron presentes sus mejores amigos, a quienes estoy eternamente agradecida por estar en todo momento, al igual que a los medios que siguieron el caso de mi hija e intentaron trascender la lucha de Melina para que se respete las voluntades de los enfermos terminales, lucha que continuaré en su honor”, señaló Susana.
Los restos de la chica no serán velados ni inhumados debido a que Melina había expresado en vida que quería que su cuerpo fuera donado para la investigación de la patología que la aquejaba. Su decisión había sido tomada una vez que supo que su estado era irreversible y comenzara su lucha para lograr que se respeten los derechos de los enfermos terminales. No obstante, Susana afirmó no lamentarse al no tener un espacio físico donde, en un futuro, visitar los restos de su hija porque “ella va a estar en todas partes, cuando vea el mar, las montañas o las Cataratas la voy a ver. Será eterna, porque ahora es un ángel”.
Por último, la señora Bustamante recordó que seguirá incansablemente luchando para que se creen nuevas políticas de salud que amparen a los enfermos terminales, y de esta manera, respetar su derechos de una muerte digna. Por ello, mañana se reunirá con diferentes autoridades y médicos especialistas para tratar este tema.
2 de marzo de 2011
Fuente: Crónica