En la zona sur de Ramos la situación no es diferente. Los vecinos autoconvocados aseguran que en dos años se sumaron, entre terminados y en construcción, cerca de 350 edificios de diferente estilo y tamaño. “A parte de ser aprobados mediante vía de excepción en el Concejo Deliberante, muchas construcciones de altura violan normativas ambientales nacionales y provinciales porque desfiguran la fisonomía de los barrios que bordean los centros comerciales”, explicó Miguel Presa, un vecino de 40 años que debe lidiar con una obra junto a su propiedad, y advierte que con una gran cantidad de edificios aún sin habitar “ya notamos poca presión de agua y gas, bajas de tensión eléctrica, desbordes en las conexiones de cloaca y más inundaciones”.
Tras múltiples protestas en el centro de la ciudad y con el repudio generalizado a los edificios sobre sus espaldas, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, decretó en abril último la suspensión por 90 días prorrogables de toda construcción superior a los 10 metros de altura.
No obstante, respecto a los edificios que se aprobaron antes de la disposición, el subsecretario de Obras Públicas municipal, Horacio Beovides, argumentó a 24CON que “lo se que hace en esos casos es verificar que la obra cumpla con los requisitos vigentes, pero una obra que ya fue aprobada no se puede frenar y dejar a mitad de camino”.
El funcionario -que admitió que el Código de Edificación de1982 fue desbordado por la explosión de la construcción-, manifestó además que actualmente “se está convocando al Consejo para la elaboración de un nuevo Código de Planeamiento que después será expuesto en audiencia pública”.