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Fue mantero en La Salada y ahora es millonario: La historia de Gustavo Menayed, dueño de la empresa constructora Portland

El empresario repasó su trayectoria desde sus inicios en La Boca hasta la expansión internacional. "Soy un rico con alma de pobre", aseguró. Y agregó: “Lo del dinero está buenísimo pero no lo es todo, nada es más bonito que hacer obra pública, nada más bonito que darle algo a la sociedad”.
 

Por Redacción

Miércoles, 24 de diciembre de 2025 a las 11:27

A los 27 años, en 1997, Gustavo Menayed comenzó con una pequeña empresa de bolquetes en La Boca, el barrio donde nació. Fue el inicio de un recorrido que él mismo define como "una carrera de aprendizaje forzado", marcada por crisis, reinvenciones y una búsqueda constante de sentido. 

Es un empresario que construyó su camino desde cero. Nacido en La Boca y de origen sefaradí, comenzó como vendedor ambulante en ferias como La Salada. Con perseverancia, visión estratégica y un fuerte compromiso con la excelencia, Menayed se convirtió en su empresa en una de las desarrolladoras inmobiliarias destacadas de Argentina.

"En 2001 tuve que vender todo y volver a hacer la feria, porque nadie construyó nada", recordó. Pero al año siguiente volvió a empezar, y en 2003 su empresa se convirtió oficialmente en desarrolladora inmobiliaria. No imaginaba entonces que dos décadas después estaría al frente de uno de los grupos de real estate más activos de la región, con presencia en Argentina, España y EEUU.

“Soy un rico con alma de pobre”, afirmó. Y compartió su punto de vista respecto del peronismo hoy en día: “Yo creo que el peronismo de los últimos 20, 30, 40 años, no es peronismo. Todos somos peronistas porque todos queremos el bien común de la gente, no ser Colón, no descubrir América, sino ser Juan de Garay”.

Además, relató: “Cuando era más pendejo pensaba que cuando junte 50 mil dólares me voy a ir a vivir a Brasil, a la playa, nunca pasó. Lo del dinero está buenísimo pero no lo es todo, nada es más bonito que hacer obra pública, nada más bonito que darle algo a la sociedad. Los empresarios somos presos de los políticos que nos dirigen”.

Menayed asegura que su motivación inicial era muy simple: "Encontrar una manera honesta de hacer algo que me permitiera vivir mejor". Sin embargo, con el tiempo surgió una pasión más profunda: "Me enamoré de la arquitectura, me enamoré del desarrollo inmobiliario, y empecé a desafiarme permanentemente". 

Por otro lado, consultado sobre si el regreso del crédito hipotecario resolvería el conflicto que tienen muchos jóvenes de no poder acceder a una vivienda propia, respondió: “Es el principio, si se mete el Estado, cagamos todos, porque se lo van a dar a los amigos, a los primos. Los jóvenes ricos no quieren su casa porque saben que algún día van a la casa de los viejos, tienen guita. Los que venimos de abajo queremos nuestra casa”.

Sus primeros edificios con diseño generaron una transformación urbana inesperada: locales comerciales en planta baja que rompían prejuicios y cambiaban la manera de habitar. "Creamos puntos de encuentro para gente de mayor poder adquisitivo que nunca imaginó tener un café en la puerta de su casa. Eso generó ciudad", afirmó.

En 2015 su compañía, Portland, dio el salto internacional: desembarcó en España con el apoyo de la embajada argentina y un grupo de desarrolladores nacionales. Hoy, según detalló, manejan 19 proyectos totalmente vendidos y sin participación de inversores argentinos. Ese mismo año, la empresa aterrizó en Florida, EEUU, donde también desarrollan proyectos destinados exclusivamente a renta. "Somos una compañía argentina operando en EEUU. Los accionistas somos argentinos", subrayó.

Un hito que  lo marcó:

Uno de sus hitos más resonantes fue el edificio diseñado por Zaha Hadid en Buenos Aires, uno de los últimos que la arquitecta —ganadora del Premio Pritzker— firmó antes de su muerte. 

"Ese edificio nos dio visibilidad mundial. No hay muchos lugares en el mundo donde Hadid aceptaba hacer un proyecto de esa magnitud", explicó. Pero detrás de esa obra llegó uno de los momentos más difíciles de su carrera: un edificio vecino sufrió un colapso estructural relacionado con cimientos corroídos por petróleo de una antigua estación de servicio. "Fue muy grave. Había personas mayores saliendo con sus cosas. Yo iba todos los días, les comprábamos comida, estuvimos con ellos todo el tiempo. Hoy tenemos un buen vínculo con esos vecinos", relató.

Tras consolidarse en obra vertical, el grupo decidió avanzar hacia el urbanismo. Comenzaron a adquirir hectáreas en el segundo cordón de Buenos Aires para desarrollar ciudades completas. Ese salto derivó también en una reflexión profunda sobre la vivienda en la Argentina. 

"Hace 27 años construimos viviendas para rangos medios y medios altos. Construimos para quienes no las necesitan", admitió. Ese análisis lo llevó a crear Cuota Club, una entidad financiera independiente del Grupo Portland destinada a financiar viviendas a 22 años para sectores medios y medios ascendentes. "Mi objetivo central es darle vivienda a los jóvenes", aseguró.

Un modelo de gestión integrado y eficaz:

Lo que diferencia a Grupo Portland en el mercado es su modelo de integración vertical: participante en todas las etapas del proceso, desde la compra de tierras hasta la construcción, comercialización y servicio postventa. Esto les permite garantizar calidad, cumplimiento de plazos y eficiencia en la ejecución de cada uno de sus proyectos urbanísticos en CABA y otras zonas estratégicas del país.

Con más de 700 profesionales en su equipo, incluyendo ingenieros, arquitectos y especialistas en desarrollo, la empresa trabaja para ofrecer productos de calidad que respondan a las necesidades de quienes desean invertir en bienes raíces en Argentina. Además, cuentan con un servicio de postventa robusto que acompaña a los propietarios más allá del momento de la entrega.

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