Trata de personas

Yoga, secta y sexo: procesan a 19 integrantes de una red que promovía la prostitución y cobraba hasta 10.000 dólares por mes a sus clientes

El juez Ariel Lijo los acusa de asociación ilícita destinada a cometer delitos con fines de explotación sexual; los embargos son millonarios

El juez federal Ariel Lijo procesó a 19 imputados por los delitos de asociación ilícita destinada a cometer delitos y trata de personas con fines de explotación sexual en la causa que investiga a la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA). Dicho espacio, que funcionaba en el barrio de Villa Crespo, era manejado por una banda criminal que organizaba encuentros sexuales a cambio de abonos mensuales cobrados a diferentes clientes.

De los 20 imputados a 14 se les dictó el procesamiento con prisión preventiva, otros cinco sin esa figura procesal, pero con cauciones reales de $300.000 y $500.000. En el caso del médico Jorge Alberto Novas, de la Clínica CMI Abasto, se le dictó la falta de mérito para procesarlo o sobreseerlo y se ordenó su inmediata libertad.

Los allanamientos fueron realizados en varios domicilios de la Ciudad de Buenos Aires

Los procesados son Juan Percowicz (señalado como el líder de la asociación ilícita), Marcela Alejandra Sorkin, María Susana Barneix, Ruth Viviana London, Susana Mendelievich, Mariano Krawczky, Mario Alberto Leonardo, Gustavo Aníbal Rena, Carlos Walter Barragán, Georgina Ivonne Hirschfeld, Marcela Argüello, María del Carmen Giorgi, Daniel Eloy Aguilar, Alicia Arata, Silvia Alicia Herrero, Luis Romero, Horacio Vesce, Daniel Gustavo Trepat Fryd, y Federico David Sisrro.

A todos se les un embargo sobre los bienes de entre $400.000.000 a $1.200.000.000 de pesos, según el caso.

De acuerdo a la resolución "se logró probar el funcionamiento de una organización coercitiva que, bajo la apariencia de Escuela de Yoga Buenos Aires se dedicaba a captar personas mediante engaños o en situaciones de vulnerabilidad, tanto por ser menores de edad como por sus graves problemas de adicciones, de salud, diferentes tipos de violencia y situaciones de crisis".

Todas estas situaciones fueron aprovechadas por la organización para lograr obtener su confianza con la promesa de sanación, pertenencia y contención.

Dinero en efectivo, dispositivos electrónicos y otros elementos fueron secuestrados durante los operativos 

También se comprobó un "proceso de captación (despersonalización) e instrumentalización de las personas", que constaba del alejamiento de su ámbito familiar "y la asignación de una nueva familia" dentro de la organización para integrarlos en forma plena, incluso proveyéndoles de un nuevo hogar dentro de la sede central y otorgándoles un trabajo.

"Percowicz hacía alarde de su sabiduría y sus poderes divinos, desarrolló una compleja vertiente adoctrinante, formada por una estructura filosófica basada en literatura clásica, religiosa y espiritual, que conforma el esqueleto sobre el que se sustentan todas las prácticas de coacción física y psicológica de la Escuela como las tareas sexuales exhibicionistas, las curas de sueño, el aporte mensual de dinero, entre otros", se detalla en la causa.

Durante la investigación se verificó que la organización contaba, al menos, con tres ámbitos de captación y despersonalización de nuevos miembros: la Clínica CMI Abasto, la empresa de coaching BA Group y las clases impartidas en el café de la sede central. En este contexto, los alumnos eran utilizados como instrumentos y se empleaban sus capacidades y recursos para obtener resultados económicos.

Además, la organización poseía con una estructura económica y financiera propia que se utilizaba para el lavado de activos y el despojo de bienes de los alumnos.

La organización contaba con una estructura jerárquica y piramidal de la que participaban aproximadamente 179 alumnos. A todos ellos se les exigía un pago mensual mínimo de 200 dólares como aporte para la organización que podía llegar a 10.000 dólares, de acuerdo al aportante.

Los encuentros sexuales y los ingresos al edificio de la avenida Estado de Israel eran grabados, y las filmaciones se guardaban en el domicilio de la calle Castro Barros 1127, en Bulnes 1455 y en Amenábar 1572.

¿Quiere recibir notificaciones?
Suscribite a nuestras notificaciones y recibí las noticias al instante