El tema caló tan hondo que llegó a marcar la agenda política. Es el caso del proyecto de ley firmado por el diputado provincial del PJ de Hurlingham, Ángel Gabriel Villegas, que si bien fue presentado antes de la tragedia, “metió” al Paintball de lleno en el Parlamento.
El funcionario plantea allí que se regule la actividad que “actualmente no lo está”; resalta que para él “no es un deporte, es una práctica violenta donde se entrenan, además de simple jugadores, posibles grupos de asalto que utilizan los predios para organizar grandes golpes” y denuncia que “al Paintball lo juegan menores de edad sin ningún tipo de restricción y esto les impulsa un sentimiento de matar”.
Pero el deporte también fue defendido a capa y espada por sus organizadores y participantes: “No es cosa de asesinos”, dijo en marzo una miembro del equipo CAT a 24CON.
Por su parte, Villegas se considera un fanático de las armas. Dice tener permiso de portación y practica tiro al blanco. Pero asegura que todo lo hace “por derecha” y está en contra de “dispararse por nada”.
- ¿Por qué le surge la idea de presentar este proyecto que, para los jugadores, atentaría contra la libre práctica del Paintball?
- Porque todos hablan de que es un deporte y para mí es una actividad militar que no está regulada. Ellos manifiestan que se trata de “marcar” a una persona, no matarla, hipotéticamente hablando. Bueno, a mí me parece que esto es una analogía al sentimiento de matar.
- ¿Su proyecto intenta prohíbir este juego?
- No, sino que se regule bajo normas del Ministerio de Seguridad. En primera instancia, que no se permita la práctica de Paintball a menores de 21 años de edad en todo el ámbito de la provincia de Buenos Aires. Y que se emitan permisos a tales efectos a los mayores. Además, regular los campos donde se practique esta actividad y también reconocer que los participantes usan replicas de armas para disparar pequeñas bolas rellenas de pintura a otros jugadores utilizando estrategias de guerra o combate urbano. No como dicen ellos, que no es así.
- ¿Cree que existe violencia camuflada en una partida de Panitball y que esto, a su vez, puede generar trastornos psicológicos?
- “Marcar” a una persona con el arma, es marcar la muerte. Entonces, en este sentido, estamos inculcando a los jóvenes que matar es un juego.
- ¿Tiene contacto con los jugadores y organizadores de partidas? ¿Ellos conocen su postura con respecto del juego?
- Conozco a algunos de ellos. Lo que sé es que existen grupos comando que se entrenan con el Paintball para luego dar grandes golpes. Al estar esta actividad fuera de regla, los grupos pueden acceder a cualquier lado, practicar las horas que crean necesarias y armar el escenario como si fuese una locación de verdad.
28 de abril de 2010