La “Carrera de los 300 Pilotos” del Turismo Pista ofreció uno de los momentos más espectaculares de la historia reciente del automovilismo argentino con cuatro coches llegando a la par.
El ganador fue Agustín Canapino, que conducía el Chevrolet Onyx de su hermano Matías y que en un épico y emotivo final, pasó de la cuarta a la primera posición con una diferencia exigua: respecto a sus competidores.
El piloto de Arrecifes arrancó cuarto en el último giro y aprovechó la disputa entre Cafaro, Todino y Martínez y dobló por afuera para salir con algo más de velocidad a la recta para cruzar la meta con una ventaja de tan 0s038 sobre el bonaerense, 0s041 sobre el uruguayo y, tras ser reposicionados, 0s042 sobre el santacruceño.
“Es una definición increíble, pero esta categoría ofrece este tipo de espectáculos. Estaba resignado, pensé que la carrera ya estaba perdida… Al Onix le cuesta mucho en las rectas, pero quería estar cerca por si pasaba algo. Cuando vi que los tres de adelante se apretaban, estiré el frenaje por afuera todo lo que pude y me salió la heróica”, contó Canapino, que había largado 5º.