En una fecha cargada de emoción y memoria colectiva, este 30 de octubre se conmemora el nacimiento de Diego Armando Maradona. El astro del fútbol argentino, fallecido en noviembre de 2020, pudo trascender el deporte y convertirse en el argentino más importante de todos los tiempos.
Su figura continúa inspirando homenajes en todo el planeta, reflejo de una influencia que trasciende el deporte. Considerado uno de los futbolistas más talentosos de la historia, Maradona dejó una huella imborrable tanto en el campo de juego como en el imaginario popular, convirtiéndose en símbolo de pasión, entrega y genialidad.
Nacido en Villa Fiorito, provincia de Buenos Aires, comenzó a deslumbrar desde muy joven. Debutó en la primera división con Argentinos Juniors apenas diez días antes de cumplir 16 años y, poco después, conquistó el campeonato Metropolitano 1981 con Boca Juniors. Su carrera internacional incluyó etapas en el FC Barcelona y, sobre todo, en el Napoli, donde alcanzó la gloria absoluta al llevar al club del sur italiano a conquistar dos títulos de Serie A y una Copa de la UEFA.
Diego Armando Maradona es más que una persona que supo manejar la pelota como pocos, fue un ídolo tanto dentro como fuera de la cancha. Creador de frases increíbles y jugadas mágicas, logró trascender el deporte y convertirse en el argentino más importante de todos los tiempos.
Los récords de Maradona en la Selección Argentina:
“Pelusa” logró enamorar a todos con sus desempeños en la Selección. Su primera gran proeza fue en el Mundial Sub-20 de Japón de 1979, dónde formó una dupla letal junto a Ramón Díaz, clave para consagrarse campeón.
Aún se recuerda con injusticia su ausencia en el Mundial de mayores en 1978, que se disputó en el país. Luego, pasó inadvertido en la edición siguiente de 1982 en España, dónde se sumó al grupo campeón, pero cayó eliminado. La gran revancha llegaría en 1986.
En México, Maradona se convirtió en un Dios del fútbol. Su nivel no solo fue alto, sino que se transformó en el alma de un equipo que había clasificado con muchas dudas y no llegaba como candidato. Su doblete a Inglaterra, con “la mano de dios” y el que aún es considerado el mejor gol de la historia de los Mundiales, fueron claves para lograr conquistar la segunda Copa del Mundo para Argentina.
En Mundiales, Diego logró anotar ocho goles en 21 partidos, disputando las ediciones de 1982, 1986, 1990 y 1994. También repartió ocho asistencias y fue capitán en 16 partidos.
Más detalles de la carrera:
El fútbol entró en su vida casi desde el comienzo. A los nueve años, tras destacarse en el potrero, ingresó a las divisiones inferiores de Argentinos Juniors, en la mítica categoría apodada “Los Cebollitas”. Pronto, su habilidad con la pelota llamó la atención de los medios, que lo presentaron por primera vez como «Diego Caradona», en un error verdaderamente irrepetible.
Debutó en la Primera División de Argentinos con apenas 15 años. Muchos sostienen que no hubo mejor Maradona que el Maradona de Argentinos Juniors., donde fue varias veces goleador del torneo y logró el mejor registro goleador de su carrera. En 1979, se consagró campeón del Mundial Sub-20 en Japón, un hito inédito para la categoría, y más tarde obtuvo su primer título en clubes con Boca Juniors.
Tras dos temporadas en el Xeneize, fue transferido al Barcelona por 7,2 millones de euros, cifra récord en aquel momento. En España, sufrió una hepatitis y una fractura de tobillo, pero lo que precipitó su salida fue una suspensión al protagonizar una violenta pelea luego de perder una final.
En Nápoles nació el mito. Maradona revolucionó el fútbol italiano y, en siete años, condujo al club a conquistar cinco títulos. El Napoli, que jamás había ganado un Scudetto, se alzó con dos bajo su liderazgo, transformando para siempre su historia.
Su leyenda definitiva se forjó en el Mundial de México 1986, cuando cumplió su sueño y el de toda una nación consagrándose Campeón del Mundo con la Albiceleste.. Participó en 12 de los 14 goles que marcó la Selección Argentina en el torneo y convirtió 4 de los 7 en la fase eliminatoria.
Dos de esos tantos los anotó el 22 de junio en el Estadio Azteca, frente a Inglaterra por los cuartos de final. La «Mano de Dios» marcó un antes y un después en la historia argentina, trascendiendo lo deportivo en un país aún conmovido por la Guerra de Malvinas, y se convirtió en un símbolo de ínfima "revancha". Enseguida llegó el llamado «Gol del Siglo», eterno e inolvidable, considerado el mejor gol en la historia de los Mundiales.
En 1991, mientras aún defendía la camiseta del Napoli, recibió una sanción de 15 meses por parte de la FIFA tras dar positivo en una prueba de dopaje por consumo de cocaína.
Tras ese parate, jugó una temporada en el Sevilla, tuvo un breve paso por Newell’s Old Boys y regresó a la Selección Argentina para disputar su último Mundial, en 1994. Tras la victoria sobre Nigeria en Estados Unidos, fue retirado del campo por Sue Carpenter, quien en realidad no era enfermera. El control antidopaje arrojó positivo en cinco derivados de efedrina, droga legal en el deporte local, y la FIFA lo suspendió nuevamente por quince meses.
Durante esa última sanción, ejerció como director técnico de Racing y Deportivo Mandiyú. Volvió a las canchas en 1995 para vestir otra vez la camiseta de Boca, pero su adicción le impidió mantenerse activo y debió interrumpir nuevamente su carrera.
En 1997, realizó su última vuelta a Boca, se despidió dentro del campo y, tras un nuevo test positivo y una suspensión impuesta por la AFA que nunca se aplicó, anunció el fin de su trayectoria el día en que cumplió 37 años.
A partir de entonces comenzó la montaña rusa. Se desempeñó como comentarista, entabló una estrecha relación con líderes mundiales como Fidel Castro, fue dado por muerto en televisión, ocupó cargos directivos en Boca Juniors, dirigió a la Selección Argentina en un Mundial, actuó como embajador deportivo, entrenó en los Emiratos Árabes y en México, y presidió un club en Bielorrusia.
En 2019, regresó al país para asumir como técnico de Gimnasia de La Plata, y la suspensión de la actividad por la pandemia de coronavirus terminó por contribuir a que el equipo se salvara del descenso. Su cumpleaños número 60 se convirtió en una de las jornadas más tristes, y su última aparición en público, con un Maradona visiblemente deteriorado que obligó a muchos a dejar de mirar hacia otro lado.
Un ídolo popular:
Algunos especialistas analizaron en qué momento Maradona trascendió el mundo del fútbol y se convirtió en un ídolo popular. Consultados por la prensa, revelaron que hay un momento clave que lo hizo pasar de ser un futbolista a uno de los tipos más amados de Argentina.
Diego Murzi, sociólogo, docente, investigador y vicepresidente de la ONG Salvemos al Fútbol, considera que "Maradona no tiene una cara, tiene mil caras. En vida, Maradona tenía un discurso con una dualidad permanente. Todos pueden armar su propio Maradona". Por otra parte, Ailin Tomio, psicóloga especialista en ciencias del comportamiento, considera que Pelusa "como representación social no es lo mismo que como individuo”.
La experta señaló que “le dio esperanza a millones de personas". Sergio Pignuoli, también sociólogo, docente e investigador del CONICET, adhiere que “la razón no está asociada solo con la disciplina deportiva", y que el argentino le profesa un "amor sin condiciones".
Falleció el 25 de noviembre de 2020 a causa de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”. Su legado trasciende tiempo y espacio, incluso a la mismísima pelota, siendo parte fundamental, y hasta necesaria, en la vida de millones.