Cuando se imagina a sí mismo en una situación límite, como puede ser un accidente aéreo, se proyecta en plena desesperación, llanto, gritos o tal vez tensa calma. Pero no deben ser muchos quienes se imaginen twitteando.
El vuelo 812 de la compañía Southwest Airlines, en el cual viajaban 118 personas desde Phoenix a Sacramento, en Estados Unidos, entró en pánico cuando en el techo del Boeing 737 se desprendió una parte de la cabina de pasajeros. Esto provoca el fenómeno de despresurización.
Los aviones mantienen la presión atmosférica que tenemos en tierra firme; muy diferente a la que hay en las alturas. Al mezclarse ambas presiones, las consecuencias podrían ser letales si el fuselaje no está preparado para amortiguar este efecto.
“Sonó como un disparo y cayeron las máscaras de oxígeno”, dijo uno de ellos. “Se desató el caos: Dos personas se desmayaron y otros lloraban de miedo”, añadió otro, según el diario Daily Mail.
Pero Shawna Malvini Redden se tomó el tiempo para describir la situación de terror en 140 caracteres y, no conforme, subió algunas fotos a la red social. “Te amo” escribió a su marido durante la emergencia. Luego de la odisea, volvió a twittear: “Todavía me siento enferma. Seis hoyos en el fuselaje del avión, cinco filas detrás de mí. Increíble”.
El hoyo era de alrededor de un metro, suficientemente grande como para que los pasajeros pudieran ver el cielo. El avión tuvo que descender rápidamente -ocho kilómetros en cinco minutos- para aterrizar de emergencia en Yuma, Arizona. Sólo una persona resultó herida en el incidente, una azafata que se golpeó la cabeza.
Producto del grave incidente la aerolínea dejó ayer en tierra 80 aviones de su flota, canceló unos 300 vuelos y se dedicó a estudiar a fondo qué diantres pudo haber causado el problema. Las primeras investigaciones llevan a descartar un ataque terrorista. El FBI calificó el accidente como una “falla mecánica”.
El antecedente más grave
El 28 de abril de 1988, también un Boeing 737 pero de Aloha Airlines, que viajaba desde el aeropuerto de Hilo y el de Honolulu, sufrió una situación similar, aunque más grave.
Al llegar a la altitud de crucero (24000 pies), el techo de la parte delantera se desprendió y dejó al avión completamente despresurizado. El piloto solicitó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Kahului, el cual se encuentra entre montañas y donde casi siempre sopla un viento muy fuerte.
Pero la estructura del avión se debilitó y la parte delantera de la cabina se inclinó hacia abajo. Al sacar el tren de aterrizaje, el piloto se dio cuenta que el tren delantero estaba roto, pero el controlador le decía que no. El avión consiguió aterrizar, con todos los pasajeros con los que había despegado excepto con una veterana azafata, que salió despedida cuando se desprendió el techo.
Por otra parte, una de las hipótesis del accidente aéreo que protagonizó el Airbus de Air France que tenía como destino el país galo y se desplomó en pleno vuelo apenas salió de Brasil en 2009, es la de una despresurización.
Fuente: agencias
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