Efectivos de CABA desarticularon una compleja organización criminal dedicada al robo y posterior comercialización de camionetas Toyota 4x4 en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
El grupo en cuestión, conocido como “La Mafilia”, era comandada por el “Gordo Ale” desde la cárcel.
Computadoras chipeadas
Las pesquisas iniciaron a partir de una serie de robos de camionetas Toyota Hilux y SW4 cometidos bajo una modalidad reiterada: vehículos de apoyo, tareas previas de inteligencia, uso de inhibidores, adulteración de patentes y posterior ocultamiento de los rodados en distintos puntos del Conurbano bonaerense para luego ser comercializados como legales.
En una primera etapa, personal de la División Investigaciones Comunales 14 logró identificar y desbaratar a una de las células de la organización, denominada “La Banda del Botón Rojo”, integrada por delincuentes que actuaban como choferes y levantadores de vehículos.
En ese marco se concretaron seis allanamientos simultáneos en las localidades bonaerenses de Pilar, La Lonja y Exaltación de la Cruz, donde fueron detenidos todos sus integrantes y secuestrados vehículos adulterados, dispositivos electrónicos, llaves codificadas, módulos de arranque, notebooks, teléfonos celulares y documentación de interés para la causa.
La banda de especialistas
El punto de quiebre ocurrió el 3 de julio, cuando la banda robó una camioneta Toyota Hilux en territorio porteño utilizando un vehículo de apoyo.
Durante la fuga, los delincuentes embistieron a personal policial y la camioneta sustraída atropelló a un motociclista, quien falleció en el lugar. El conductor fue detenido tras intentar escapar a pie, mientras que horas antes la misma banda había robado una Toyota SW4, que fue recuperada poco después gracias al seguimiento por cámaras del sistema de monitoreo.
Ese hecho permitió profundizar la pesquisa y confirmar la existencia de una asociación ilícita con roles claramente definidos: choferes y levantadores, encargados de logística, falsificadores de documentación y patentes, reducidores de autopartes, responsables de talleres clandestinos y personas dedicadas al acopio y “enfriamiento” de los rodados robados.
Los allanamientos
Durante esos procedimientos fueron detenidos los principales integrantes de “La Mafilia”, incluida la pareja del líder, quien cumplía un rol clave en la logística. También se desbarataron talleres clandestinos dedicados a la programación de ECU, codificación de llaves y adulteración de documentación, se incautaron inhibidores de señal, scanners, computadoras, impresoras industriales, cientos de llaves de ignición, chapas patente, dinero en efectivo y teléfonos celulares.
Además, se identificaron y allanaron distintos domicilios utilizados como garajes para ocultar las camionetas sustraídas, así como comercios vinculados a la provisión de autopartes, lo que permitió cerrar completamente el circuito delictivo.