Según la Bristish Beer and Pub Association (BBPA) un vaso de cerveza con 4% de alcohol, tiene menos calorías que una copa de vino, incluso menos que un vaso de leche o jugo. De acuerdo a sus mediciones, 100 mililitros de cerveza con 4.6% de alcohol, sólo tiene 41 calorías, mientras que una copa de vino tiene hasta 77, así lo publica BBC News.
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En cambio las bebidas espirituosas o cócteles tienen hasta seis veces más calorías que una cerveza, debido la mezcla de licores dulces y refresco.
Una investigación realizada por la University College London asegura que la reputación que tiene la cerveza sobre la obesidad, se debe a la estilo de vida de quienes la beben, así como de la comida que acompaña a esta bebida.
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El estudio, realizado con 2.300 bebedores en la República Checa, encontró que las personas con un mayor nivel profesional y académico consumen más vino, además de que siempre se acompaña con alimentos como pescado o aceites de oliva.
En cambio, los amantes de la cerveza, suelen acompañarla con papas fritas, hamburguesa, maníes y alimentos más grasosos.
Parece que sí. Una nueva investigación sugiere que el tipo de mezclador se utiliza en las bebidas alcohólicas también desempeña un papel en cómo el alcohol afecta a tu cuerpo.
El estudio, publicado en Alcoholism: Clinical & Experimental Research asegura que la mezcla de alcohol con refrescos dulces y de dieta con alcohol provoca una concentración 18% mayor de alcohol en la sangre, que si se toma sin ningún mezclador.
Aunque el alcohol en la sangre puede hacer que te sientas bien, su degradación produce resaca.
De acuerdo con BBC Mundo, al beber alcohol (etanol), la enzima alcohol deshidrogenasa en el hígado lo convierte en acetaldehído (etanal). Entonces la enzima acetaldehído deshidrogenasa se hace cargo y convierte el etanal en acetato, antes de que se descomponga en dióxido de carbono y agua.
Los espárragos contienen compuestos que duplican la velocidad tanto del alcohol como de la enzima acetaldehído deshidrogenasa.
Si te comes un espárrago antes de salir, esto reducirá la borrachera porque el alcohol será procesado más rápidamente.
Si te lo comes a la mañana siguiente, ayudará a absorber el etanal que quede en la sangre. La desventaja es que se crea un cuello de botella que aumenta los niveles de acetato.
Esto acumula adenosina en el cerebro, lo que reduce la actividad de las células.
Ésta es la razón por la que la resaca también provoca una sensación de lentitud. Por suerte, la cafeína se une a los mismos receptores que la adenosina, por lo que una taza de café puede contrarrestar los efectos de la adenosina.
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15 de agosto de 2014