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La vigorexia es un trastorno caracterizado por la presencia de una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal. La persona se vuelve obsesiva en la persecución de la belleza física hasta el punto tal que se vuelve adicta a realizar prácticas deportivas o de musculación en forma continua, con un fanatismo prácticamente religioso, al límite de poner a prueba constantemente su cuerpo sin importar las consecuencias.
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Gabriel Eduardo Abal (38) es empleado judicial y confiesa que desde hace 5 años concurre a gimnasios y le sirve como terapia “Todo comenzó como un hobby pero hoy me sirve como terapia. Cuando uno viene demasiado cargado de trabajo es bueno desenchufarse un rato y hacer algún deporte”.Cuando lo consultamos a propósito de los cambios que experimentó desde que concurre al gimnasio nos dijo: “Obtuve cambios físicos que me hacen sentir bien y en consecuencia me cambió la cabeza, estoy mas distendido, me siento mejor”
Gabriel también habló de las obsesiones que advierte en otros compañeros: “Algunos muchachos tienen una cosa así como obsesiva; se paran frente al espejo, se miran y hasta escuche que alguno decía que se veía re chiquito y tenía mas músculos que el increíble Hulk” (risas)
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Viviana Mariel Burton (33) es empleada y en medio de su rutina en el gimnasio dialogó con 24Con y nos dijo: “Hace 5 años que concurro en forma ininterrumpida al Gym y siento que mi cuerpo cambió notablemente, tengo muchas más formas. Si bien fui siempre flaquita, ahora estoy sacando un poco mas de volumen”.
Cuando le preguntamos a Viviana si percibía mas miradas masculinas desde que modeló su cuerpo en el gimnasio, ella respondió: “Yo lo hago para gustarme yo misma, aunque es cierto que los hombres te miran un poco mas. De todas formas, después de cierta edad, las mujeres estamos expuestas a problemas óseos y hormonales y por eso me preparo para cuando llegue esa etapa”. Cuando la consultamos a propósito del uso de anabólicos o algún otro tipo de sustancias, nuestra entrevistada expresó: “Alguna vez me puse un poco obsesiva con esas cosas, pero nunca llegué a consumir nada, ya que los chicos del gimnasio me dijeron que no era bueno, alertándome sobre las consecuencias riesgosas de su uso.
Más allá de no consumir ningún tipo de sustancias ¿te consideras una obsesiva del gimnasio?
“Un poco si, creo que soy obsesiva. Cuando empecé me desmotivaba cuando no advertía logros inmediatos en mi cuerpo y apenas habían transcurrido 2 meses de trabajo. Hoy si un día no vengo al gimnasio me genera culpa; supongo que deberé manejar esas obsesiones”
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Por último dialogamos con el titular del gimnasio Plaza Club, Marcelo Victovich, 46 años y mas de veinte dedicados a la actividad. Es cinturón negro de Tae Kwon Do, 4to.Dan. Fitness, complementos, fierros, estetisista, asistente de kinesiología, nutrición deportiva, son algunas de las especialidades que “dan volumen” a su curriculum.
Conoce a la perfección esta patología denominada VIGOREXIA y así comenzaba la charla “La vigoréxia es el otro extremo de la anorexia; como el anoréxico se ve gordo y no lo es, el vigorexico se ve chiquito aunque haya aumentado sensiblemente su masa muscular”.
En un ambiente de fierreros es lógico suponer que la vigorexia este a la orden del día “No le pasa a todo el mundo que concurre al gimnasio, pero si, están y se los puede identificar claramente” expresó Victovich.
Al consultarlo acerca de las características que presenta un vogorexico Marcelo nos decía: “Uno advierte que nada les alcanza, nada los conforma, se miran constantemente al espejo, manifestando que no han avanzado nada en su trabajo de musculación y sin embargo están cada vez mas grandes, de espalada, de brazos, de pecho, pero ellos no lo ven”.
¿Vos lo hablas con ellos este tema? ¿te preocupa?
“Claro que me preocupa, pero no soy yo el que se lo tenga que decir. Quizás solo les comento “afloja un poco, trabaja un poco menos”. Creo que primero ellos deben asumirlo y luego pedir ayuda”, concluyó el titular del gimnasio.
Es interesante notar que en una vasta mayoría de los gimnasios, las clases de Ritmos Latinos , Aero-Box o Body Pump, que son excelentes a la hora de generar un estado de salud aeróbico, brillan por la ausencia marcada de hombres en ellas. En estas clases, suelen haber pocos hombres. La gran mayoría de la población masculina se encuentra en la parte de musculación, trabajando afanosamente sus músculos a fin de verse musculosos.
Existe una creencia errada y limitante en equiparar un cuerpo musculoso con un nivel de salud y sexualidad alto. Esto no es así. Tenemos mayores niveles de salud y capacidad de disfrutar sexualmente cuando nuestro cuerpo se encuentra oxigenado por la actividad física realizada en forma balanceada. No por tener bíceps y abdominales marcados.
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El problema que genera la persona vigoréxica es que pasa a “consumir”, como un adicto, muchas horas de gym, lo cual le quita tiempo significativo para enriquecer sus otras áreas de su vida. De esta forma la vigorexia se vuelve una adicción.
¿Existe un tratamiento psicológico para la Vigorexia?
La Vigorexia es un trastorno que puede ser trabajado, en la medida que la persona primero reconozca que está obsesionada con su aspecto físico, con hábitos cuasi obsesivos que empobrecen su vida significativamente. Desde esa actitud de reconocimiento, puede iniciar un tratamiento terapéutico que lo ayude a desarrollar y enriquecer su mundo interno en balance con su aspecto externo. Ya que la belleza interna es perfectamente compatible con la belleza externa. Es solo cuestión de cultivar ambas.
Fuente Consultada: Lic. Pablo Nachtigall, Psicólogo Clínico (4 831 6585)