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La increíble historia de la Iglesia Jesús Amoroso

Una catedral derribada que casi nadie conoció, parte de un San Martín que se llevó el pasado. Los primeros hechos de corrupción en el 1800 y el extraño caso de la casa de Dios, que se movía sola. Como sólo 24CON podía contártelo.
Viernes, 27 de marzo de 2009 a las 11:30
Por José Luis Gallego

Este ciclo es parte de la serie de charlas, que brinda Roberto Conde, donde se proyectan fotografías, únicas e inéditas sobre la historia del Partido General San Martín. Las históricas diapositivas cuentan con el comentario específico de Conde, el “viajero del tiempo”, técnico cinematográfico, actor y  recopilador de la historia local.

La historia de la Catedral Jesus Amoroso es parte del pasado histórico de San Martín, memorias de una época coronada por valores humanos, hoy inexistentes, pero también, cuna de la corrupción, germen en un principio y epidemia actual. Compartir una charla con Roberto Conde, además de apasionante es, sumamente constructivo. El tiempo desaparece como si nunca hubiera existido.

Cierra un ojo, abre el otro como quien apunta a un fichero gigante en su memoria y comienza: “La Iglesia Jesus Amoroso, se habilitó el 30 de agosto de 1825. En el dibujo a continuación se puede observar la capilla originaria en el bajo Belgrano”.

 

“Es decir, los habitantes de principios del siglo 19, de las tierras donde hoy está el San Martín que conocemos, para ir a visitar la casa de Dios, debían dirigirse, a caballo, carreta o a pie, hasta el bajo Belgrano. Hoy el viaje se puede realizar en media hora, pero en esa época, entre barro y caminos sinuosos demoraba dos o tres horas de ida y lo mismo para volver. Por eso los vecinos pidieron que la iglesia tenía que estar más cerca”.

 


Como nació Santos Lugares

San Martín no siempre se llamó así, en un principio a estas tierras se las denominó como Santos Lugares, nombre que hoy se utiliza para la localidad vecina, en el partido de Tres de Febrero.

Parte del desafío de la charla con Roberto, consiste en aprender a observar las ventanas que va abriendo a medida que se desarrolla la charla (como si tuviera Windows en su oralidad): “Por esa época, estamos hablando de principios del 1800,  los padres Franciscanos tenían una capilla donde hoy está ubicada la escuela número uno. Los padres juntaban fondos para Los Santos Lugares de Jerusalen, dinero destinado a las congregaciones en medio oriente. Es decir, salían por los campos pidiendo y, cuando los quinteros los veían venir decían: ahí vienen los curas de los santos lugares, entonces, poco a poco, el nombre de la zona quedó como: Santos Lugares”.


La iglesia que se movía sola


El proyector de diapositivas dispara contra la pared un plano histórico, Conde señala con el puntero la imagen y, al tiempo que disimula una sonrisa socarrona me cuenta: “La vecina Francisca Barros donó una fracción de terreno (ver plano), y el que dispuso hacer una iglesia nueva fue don Juan Manuel de Rosas. Se inauguró en el año 1836, y tenemos la suerte de tener un dibujo. Sin embargo a pesar de que en esa época ya existían agrimensores expertos, se equivocaron de lugar y construyeron la iglesia en un terreno equivocado”.

El antiguo cementerio de San Martín


Los dos pilares marcaban la entrada al cementerio.
Es decir donde hoy está la confitería el Urbión antes se encontraba el antiguo campo santo de San Martín.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El pequeño bebe de la corrupción

Para todos aquellos que siempre sostienen que todo lo pasado fue mejor, y que antes no había corrupción, esta breve anécdota puede animarlos a cambiar de opinión: “En la primera construcción no se hicieron bien las cosas”- explica el investigador Conde. “A pesar de tener un  presupuesto de 550 mil pesos en realidad sólo se gastaron 225 mil. Se mezquinó, los costados no fueron revocados. José Barrios fue el constructor. A los 4 años, cuando la iglesia empezó a caerse a pedazos,  se ofreció el gran arquitecto Buschiazo, a quien le pagaron 4mil pesos, para arreglar las torres que se venían abajo. Ponele unos baldes más de arena, total, ¿quien se va a dar cuenta?” risas.

 

El pequeño bebe de la corrupción II



¿Quiénes son los pobres? ¿Los que no tienen dinero o aquellos que carecen de moral?
Sobre este punto, Conde explica: “Cuando se inauguró la iglesia el 11 de abril de 1915, también se inauguró el monumento al Libertador de la patria. Para el festejo, se hizo un lunch en el club General San Martín (en esa fecha el centro deportivo ya tenía 11 años de edad). Asistieron las mejores familias, gente de destacada alcurnia en la pujante sociedad. Se contrató la confitería El Molino, que estaba en Callao y Rivadavia, en Congreso, hoy cerrada. El intendente de ese momento era diego Thompson. A los 4 días recibió una carta del dueño de la confitería el molino con una factura y un detalle de todos los objetos faltantes, cucharas cucharitas, platos, vasos, etc. Las “distinguidas familias” se llevaron hasta los platos!” resume Conde.

Para conocer más sobre esta apasionante historia, concurra al Museo Histórico y Fotográfico Alejandro Witcomb (calle 100, Industria Nº 3050, Villa Ballester)  a cargo del historiador más importante del Partido, Roberto Conde.
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