Antes de los discursos, hubo baile y picnics en los alrededores. Pasaban las horas, pero la gente seguía concurriendo desde los cuatro puntos cardinales. Y Alfredito, ubicado detrás del escenario, fue el "famoso" más buscado. Hasta los turistas extranjeros se sacaron fotos junto al enorme toro.
También, los que celebraron fueron los vendedores que se apostaron en la zona. Los sombreros ($30) y las vinchas (2 por $5) fueron los más buscados. Pero, como dicta la costumbre, la comida -choripanes, hamburguesas, helados, etc.- y bebidas, caras. Sólo hay que pensar que un bombón helado no bajaba de los $3,50. Pero hay que admitirlo, asistir a tal espectáculo argentino, no tiene precio.