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El Funebrero comenzó mejor armado y su funcionamiento colectivo bastó para neutralizar a su rival. Sin embargo, el dominio territorial no le alcanzó para crear situaciones claras de gol. A los 9’ de juego, un remate de Emanuel Centurión que se fue por arriba fue el primer atisbo de llegada.
Pero poco a poco el Ciclón mejoró. Aparecieron Gabriel Méndez y Cristian Chávez para manejar los hilos ofensivos y Julio Buffarini (que debutaba en el equipo del Bajo Flores) se presentaba como una buena opción por la derecha. El propio Chávez, a los 30’ de juego, disparó de afuera pero la pelota terminó en las manos del arquero Fernández. La más clara del primer tiempo estuvo en los pies de Emmanuel Gigliotti: el delantero escapó por la izquierda y tiró cruzado, pero Bernardo Romeo no llegó para empujarla y se fue apenas desviado.
Chacarita también salió mejor en el complemento. De movida nomás el equipo dirigido por Luis Marabotto lo tuvo con una volea de Gabriel Tellas que encontró bien parado a Pablo Migliore. El arquero volvió a lucirse tras un remate de larga distancia de Centurión. Y a los 16 llegó el gol: un centro desde la derecha de Gastón Rossi a la cabeza de Juan Manuel Cobelli que con un cabezazo perfecto puso el 1 a 0.
Sin ideas, San Lorenzo atropelló para conseguir el empate. Lo encontró así, a los tumbos. Tras un intento de Gigliotti, el rebote le quedó a Chávez que fusiló al arquero Fernández desde el área chica. La igualdad no era lo más justo, pero se imponía como una certeza con el correr de los minutos. Los penales, entonces, iban a ser la vía para definir al clasificado a los octavos.
Desde los doce pasos, Pablo Migliore se transformó en la gran estrella de la noche. El arquero del Ciclón le atajó los remates a Centurión, Aliendro y Montenegro; Morales fue el único que convirtió para el Funebrero. El destino quiso que Julio Buffarini sea quien defina el duelo: el ex Ferro remató el cuarto penal y, como Chávez y Martínez habían marcado, su tanto selló la clasificación al marcar el 3-1.
Sin jugar bien, San Lorenzo se metió en los octavos de final. Se trata de una pequeña caricia dentro de un presente complicado. A Chaca, que hizo más mérito durante los noventa, le faltó pericia en la definición mano a mano para lograr eliminar a un grande del fútbol argentino.