¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

"Hago canciones que tienen poca autocensura"

Un artista inusual que canta con un lenguaje usual. La cantidad de espectáculos realizados en pequeños reductos y el fanatismo de la gente que lo va a ver, lo llevó a ser reconocido en la escena cultural masiva.
Lunes, 16 de febrero de 2009 a las 21:49
Por Revista Filo
Zambayonny es la prueba de que la poesía es trasgresión. La contradicción más grande es que el lenguaje que predomina en los bajos fondos y en la cotidianeidad de la calle termine por hacer sonrojar a más de uno. Este profesor de ajedrez devenido a artista de culto puso en evidencia la vuelta de tuerca en la canción. Más que un cantante, es un escritor, comunicador y el testigo más alerta de los aconteceres continuos de nuestra cultura. A pesar de que la atención se ponga en palabras que en la escuela enseñan a no decir, esta especie de recreador de la interacción del argentino, obliga a la reflexión.

Filo: ¿Cómo empezó Zambayonny?   
Zambayonny:
Siempre hice canciones de varios estilos. Estas empezaron para los amigos que cada vez que venían a casa me las pedían, como en asados y en fiestas. Y las empezaron a subir a Internet y se empezó a propagar bastante. Después empezaron a ofrecer shows, decidí hacerlos y a partir de ahí empecé a tocar bastante seguido. Finalmente saqué un disco, ahora otro, y llegué a tocar 68 veces en lo que va del año. Fue una cosa casual, porque arranca casi como una broma que se fue extendiendo.

Filo: ¿Es un estilo utilizar lo obsceno constantemente?
Zambayonny:
El lenguaje que se utiliza en la calle está puesto en las canciones de un modo bastante gráfico. Por ahí llama la atención porque no se suele hacer, pero en realidad todo el mundo habla de otra manera y no es que las palabras estén en el diccionario y eso las justifiquen, están sin duda en el habla popular y por eso llaman tanto la atención. Hay como 150 canciones dentro de este proyecto de Zamba y muchas no tienen nada que ver con lo que se cree. Hay un equilibrio extraño dentro de estas canciones, algunas van para un lado, otras van para el otro. Si vos vas a un show te vas a dar cuenta que sube y baja el ambiente de una forma particular. Lo bueno es que no sepas que va a pasar, hay partes cómicas y tragicómicas, es como una broma extraña que no termino ni yo de entender

Filo: ¿Tienen mucho de autobiográfico las canciones?
Zambayonny:
Cuando yo me pongo a escribir no sé para qué lado voy, si va a ser un cuento, una novela, una canción. Depende para donde me lleven la idea o la intuición, lo encasillo en los proyectos de los tantos que tengo a la vez. Obviamente que las condiciones de Zamba siempre van para un lado muy claro, en como tienen que estar escritas. Y tienen siempre algo de uno porque es difícil escaparse de lo que uno ve o le llamó la atención. Yo estoy todo el día anotando cosas, apuntando ideas u observando estereotipos de personas que me interesan y a la hora de escribir los mezclo. Casi nunca hay canciones dedicadas a una persona de la vida real entera, por ahí algún detalle, pero con la realidad, poco.

Con la idea de que el texto golpee, Zambayonny es una máquina de pensar. Son más de 150 temas los que integran su repertorio y entre ellos se pueda encontrar amor, desesperanza, humor y bastante surrealismo. Todo esto dicho fiel al estilo del cantautor. “El viento del pecado se llevó mi barrilete, al que le había estampado una foto de tu ojete, para que al remontarlo por el cielo celeste, viera de cerca a Dios, a su mejor creación”, canta en “La Conga de la P…onga”. O como una canción sobre la desesperación de un hombre, al cual su novia se le fue de vacaciones a Villa Gessell con amigas y volvió totalmente cambiada, en “Volviste muy, muy puta de Gessell”. “La incogible",  “Las tres cosas de la vida” o “Las cosas que dejé”, donde una persona afirma no poder dejar la masturbación, son algunas de sus canciones más conocidas. Sin embargo, uno de sus mejores temas es “El whisky de Dios” que sorpresivamente no contiene palabrotas entre su prosa. “Que tragedia, que inútil que es mirar el reloj, qué diría este renglón si estuvieras, quién sabe si la cuenta regresiva empezó con aquel beso descuidado en la vereda. Que desconsuelo, veneno en caramelos de adiós, qué muerte sin corazon lo seguía, jugándonos la vida, lotería feroz, quién sabe si esta es mi canción de despedida”, dice Zamba.


Filo: ¿Cómo le explicás a una persona que nunca te escuchó lo que hacés?
Zambayonny:
Primero a esa persona la considero un afortunado porque nunca me escuchó (risas). Hago canciones que tienen poca autocensura y que hablan de cosas comunes a mucha gente, y si funcionan es porque a todos nos pasan las mismas cosas. Tienen un poco de humor, un poco de laburo en cuanto a las letras, buscar entre líneas, que tengan dos o tres lecturas cada verso. Son canciones que parecen absolutamente descuidadas y son todo lo contrario.

Filo: Llevando a la entrevista hacia un punto más bizarro. ¿No crees que esté sobrevalorada la poronga en tus canciones?
Zambayonny:
No creo que este sobrevalorada, tienen el lugar indicado. En algunas otras canciones se pone al corazón antes que la poronga y es medio raro. Muchos autores dicen corazón cuando hablan de la poronga.

Filo: Al no tener una banda es más fácil moverte y hacer cosas. ¿Qué te gusta hacer cuando no tocás?
Zambayonny:
Soy dueño de los tiempos. Estoy mucho tiempo en la computadora, leyendo, escribiendo, tocando la guitarra y tomando mate. De hecho es lo que estaba haciendo recién, leyendo el diario y tomando mate. Estoy bastante ligado a lo que ocurre en el mundo todo el tiempo.

Filo: ¿Me olvidé de preguntarte algo?
Zambayonny:
Lo único que te pido es que no me preguntes mucho por Olimpo que es mi equipo de cabecera y estamos en la “B”. Espero que asciendan y eso quiero que lo pongan. Y que vamos a sacar el disco y que estamos todos los martes en Cava, ahí en Roosvelt y Libertador.

Zambayonny acaba de sacar un cd y dvd en vivo grabado en Cava 71, lugar donde toca todos los martes desde febrero. El mismo se llevó a cabo con tres cámaras y les “gustó mucho” a los privilegiados que lo pudieron ver. En este año hizo shows en Mar del Plata, Rosario, La Plata y Montevideo.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD