¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

Catupecu en el río

En exclusiva con 24CON, Javier Herrlein, baterista y percusionista de Catupecu Machu, nos cuenta todo sobre el show de este sábado. Catupecu, una tribu ecléctica de transformaciones constantes.
Viernes, 13 de febrero de 2009 a las 20:47
Por José Luis Gallego
Catupecu Machu nació en el 94, en Villa Luro. El único que permaneció, de la formación original es Fernando Ruiz Díaz. Su hermano Gabriel, ex bajista, sufrió un accidente en el 2006. Por otro lado, Javier Herrlein abandonó la banda al poco tiempo, pero volvió en el 2002. Transitaron desde los hermanos Baraj, Miguel Sosa, hasta  Zeta Bosio, el legendario bajista de Soda Stereo.

La idea en un principio fue un Power Trío, sin embargo terminaron alternando entre tríos con un teclista o acordeonista invitado, quintetos, hasta llegar a 4.

Si tienen una conducta, podría decirse que es no apegarse a un género. En sus inicios decían que eran "Hardcore funky con el espíritu del primer Sumo, realizado por los fans de Luis Alberto Spinetta y Soda Stereo". Más tarde se dedicaron a cambiar en cada disco que lanzaron por ejemplo, entre Cuentos decapitados, Cuadros y Capítulo 1, de Laberintos entre aristas y dialectos; hay un abismo sonoro.

¿Cómo están para tocar en el río?
Lo esperamos con ansias. Es un espectáculo gratis y al aire libre, al lado del río, creemos que va a venir mucha gente. Para nosotros es sumamente agradable tocar en un lugar así, esta buenísimo.
 
¿Cuánta gente vendrá?
Gratis y al lado del río suma a la hora de un espectáculo. La verdad no tenemos expectativas, viste como es esto. En Pampa y Figueró Alcorta juntamos a 90 mil personas. Lerner convocó a casi 40 mil  en Vicente López. Vamos a ver, va a estar muy bueno.

  Aun habiendo nacido en una Argentina Stone o de barrio, Catupecu creció de espaldas del genero. Por ejemplo, no incluyó letras que hablaran de política, drogas o alcohol en su repertorio. Sin embargo esto no le impidió a los fanáticos de los Stones acercarse.

¿Definirse es la muerte?
Es un tema de ansias de querer jugar con cosas nuevas. El ser humano va cambiando, se va queriendo superar. Hacer cosas nuevas es como una manera de ir reencontrándose con los instrumentos. Uno va jugando con esos sonidos nuevos. Sino, uno terminaría de aburrirse con la música. Lo divertido del arte, lo lindo de la música es, disco a disco, buscar. Algo distinto.

El público espectador de Catupecu Machu desde los inicios de la banda fue un grupo heterogéneo. Diversas tribus conviviendo entre sí. Nunca se registró un hecho de violencia. ¿A que se debe, que distintas tribus antagónicas, convivan en sus shows amistosamente?
Está un poco conectado con lo que decía antes, en vez de quedarnos en un estilo siempre buscamos. La gente puede escuchar a Catupecu desde el lado tranqui o del lado rockero. Es bastante abierto a cualquier tipo de persona. Inclusive te diría, la convivencia no sólo de los fans, sino también de los nos fans, la gente que, quizás, viene a vernos alguna que otra vez, o que viene con los hijos y la familia. No estamos encerrados en un estilo.

¿Tocarían cumbia villera?
Nunca digas nunca. No se que no, podríamos hacer, pero creo que no seriamos buenos en eso. Ninguno escucha cumbia y para hacer algo, hay que instruirse.
 
¿Qué es Catupecu Machu, que significa?
Catupecu es un invento de Fernando. Una intención. Cuando iba al colegio secundario decía que era un animal mitológico, que vivía en centro América y que cuidaba los tesoros primitivos. Y quedó. Hoy Catupecu Machu se llenó de contenido y definirlo ahora se hace más complejo.
 
¿Qué se viene?
Lo que tenemos en mente después del show del sábado, es el cierre de Cosquín el 20 de febrero. Son los últimos espectáculos que hacemos  y nos tomamos vacaciones.

¿Nuevo disco?
La idea es trabajar estos tres meses. En junio nos metemos en el estudio
Para el nuevo disco, lleva tiempo, para julio o agosto sale.

¿Cómo esta Gabriel?
Desde el accidente por suerte siempre evolucionó. Es un proceso muy lento.
Por momentos más estable. Hasta ahora siempre hubo una evolución positiva.

¿Cómo impactó la baja de Gabriel en el grupo?
Lo que pasa es que Catupecu no solo es un grupo de música, una formación laboral, somos amigos, una gran familia. Un accidente de esta magnitud lo sufren todos. Hay una cosa irremplazable y es que cada persona es un mundo único.

¿Y sonoramente?
Todas las cosas cambian. Más allá de eso, el espíritu de Catupecu es cambiar.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD