Andan en autos de lujo, hasta en 4x4. Están bien vestidos, a la moda. Alquilan casas costosas y no levantan la menor sospecha. Pero, según afirman los investigadores, son infalibles. Es la modalidad de robo empleada este verano en la Costa Atlántica. En realidad son profesionales del delito que llegan a los lugares turísticos para “hacerse la temporada” y hasta a los mismos investigadores les llamó la atención el despliegue y el cuidado puesto en cada aspecto logístico.
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Un caso –según publica el diario Clarín- es el de la banda de Lomas de Zamora, que se instaló en un coqueto chalé de Valeria del Mar con sus camionetas todo terreno Ford y Toyota. En temporada alta, un alquiler cuesta unos 20 mil pesos mensuales . Algunos días iban a la playa en las camionetas; otras veces usaban los cuatriciclos. Sus vacaciones terminaron cuando les allanaron la casa: tenían tres cuatriciclos robados .
“También tenían una camioneta Partner para cargar los cuatriciclos y llevarlos al Gran Buenos Aires. Allá los vendían y, con el tambor cambiado y alguna modificación, el mismo vehículo volvía a la Costa”, dijo una fuente judicial. Y agregó: “Roban los importados, los más caros que, en promedio, cuestan 15 mil dólares” .
Para que la máscara funcionara, los ladrones (con sus mujeres e hijos) habían hecho todo en regla: los autos estaban a su nombre y alquilaron con garantías y dinero por adelantado . La Policía cree que éste no es el primer año que llegaron a este punto de la Costa en plan de turismo delictivo.
Los muchachos del Volkswagen Vento ya habían actuado en algún punto del Partido de la Costa y ahora “marcaban” casas en Pinamar. Los detuvieron agentes de la DDI. En el baúl llevaban una pistola 9 milímetros con la numeración limada, balas de punta hueca, precintos plásticos para atar a sus víctimas y chalecos, camperas y gorras “auténticas” de la Policía Bonaerense.
“Los tres con antecedentes por delitos graves; se trata de delincuentes muy peligrosos”, dijo el comisario Claudio Arnouk, a cargo de la Sub DDI en Villa Gesell. El auto, modelo 2009, cuesta 100 mil pesos, y lo había comprado uno de ellos en cuotas . “Obviamente, con dinero robado”. Eran de Florencio Varela.
“Vinieron bandas y las desbaratamos a tiempo, pero llegaron menos que otros años”, explica Arnouk. ¿La causa? “Es que entre los ladrones colaboran: ‘Tené cuidado que allá está difícil’, se alertan”.
Los delincuentes eligen moverse por las localidades del Partido de la Costa, pero principalmente por Villa Gesell y Pinamar. Pungas, descuidistas y arrebatadores hay en todas las playas, pero la especialidad de la mayoría es el “escruche”: robar cuando los turistas dejan las casas solas. En los primeros días de enero, una banda de Merlo fue detenida en Villa Gesell.
Se hacían pasar por turistas o trabajadores, alquilaban una pensión barata y pagaban puntualmente para no despertar sospechas. Vigilan las casas y cuando ven la oportunidad, entran. También aprovechan descuidos: una ventana abierta en una casa grande puede significar que se lleven una notebook como todo botín.
Quienes todavía no aparecieron ni por Gesell ni Pinamar, y sus localidades satélites en esta temporada son los “paleteros cordobeses”. Usan una especie de ganzúa y se dedican a abrir las casas en las que la gente, por desconocimiento o por descuido, deja la llave puesta del lado de adentro. “A veces la dejan con media vuelta, lo que les hace las cosas más fáciles”, contó un jefe policial. Con la ganzúa hacen girar la llave y se meten en las casas; suelen actuar de madrugada.
Fuente: Clarín
31 de enero de 2011