El que fue alguna vez el bombardero más grande que tuvo la Fuerza Aérea, hace más de 40 años silenció sus cuatro motores para transformarse en reliquia. Sin embargo durante años la intemperie, el clima y el descuido lo fueron perjudicando y deteriorando seriamente.
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El Lincoln es un bombardero pesado diseñado por la empresa Avro en Gran Bretaña durante la segunda guerra mundial basado en el bombardero Lancaster, sin embargo la guerra finalizó antes de que fuera puesto en servicio. En aquellos años el país del norte estaba seriamente endeudado con Argentina que durante la contienda lo proveyó de materias primas y alimentos. El pago se realizó en tecnologías y aviones de última generación. Así Argentina recibió 100 Gloster Meteor y 45 bombarderos pesados, entre muchos otros aviones y material, convirtiéndose en la mayor potencia aérea de Latinoamérica.
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El Lincoln del museo fue uno de los primeros en arribar al país en 1948 matriculado cómo B-004, aunque ficticiamente cuando voló al que sería su destino final en el MNA fue rematriculado como B-010. A sesenta años de que el bombardero cubriera los cielos del país un grupo de entusiastas trabaja todos los fines de semana sin ninguna remuneración para devolverle el esplendor perdido.
El Proyecto Avro Lincoln, nació hace dos años cuando los miembros de la Asociación Plastimodelista del Oeste (APO) se pusieron en marcha para transformar ideas y fantasías en trabajo concreto. Comenzaron siendo 5 o 6, según recuerdan, y lo primero que debieron hacer fue recopilar información, corroborar qué se tenía del avión y todo lo que faltaba como también preparar en uno de los hangares de Morón lo que sería el lugar de trabajo (Ver: www.proyectoavrolincoln.com.ar).
Ninguno de ellos pertenece o perteneció a la Fuerza Aérea, quizás estuvieron relacionados por algún trabajo terciarizado o a través de algún familiar, pero lo único que los une con el Avro es la pasión y las ganas de verlo como fue en sus mejores años. Eduardo Ayre y Andrea Banegas, miembros de la APO y del Proyecto Lincoln, explicaron a 24CON como llevan adelante el trabajo en el avión y cuales son los objetivos a futuro, “restaurar una histórica y emblemática aeronave que pertenece al patrimonio histórico nacional”.
El Proyecto Avro Lincoln, nació hace dos años cuando los miembros de la Asociación Plastimodelista del Oeste (APO) se pusieron en marcha para transformar ideas y fantasías en trabajo concreto. Comenzaron siendo 5 o 6, según recuerdan, y lo primero que debieron hacer fue recopilar información, corroborar qué se tenía del avión y todo lo que faltaba como también preparar en uno de los hangares de Morón lo que sería el lugar de trabajo (Ver: www.proyectoavrolincoln.com.ar).
Ninguno de ellos pertenece o perteneció a la Fuerza Aérea, quizás estuvieron relacionados por algún trabajo terciarizado o a través de algún familiar, pero lo único que los une con el Avro es la pasión y las ganas de verlo como fue en sus mejores años. Eduardo Ayre y Andrea Banegas, miembros de la APO y del Proyecto Lincoln, explicaron a 24CON como llevan adelante el trabajo en el avión y cuales son los objetivos a futuro, “restaurar una histórica y emblemática aeronave que pertenece al patrimonio histórico nacional”.
Sábado tras sábado, mate de por medio, los alrededor de 20 miembros con sus propias manos acondicionan elementos del avión y las herramientas que irán necesitando para su puesta a punto, “refaccionamos la escalera lateral, construimos una grúa móvil que facilitó el traslado de 2 motores Merlín a nuestro taller para la puesta en marcha de uno de ellos, y la construcción de piletas de limpieza de partes. Lo más complicado fue trasladar la estructura de una grúa en desuso del DC-3 que se encontraba tirada detrás de un hangar tapada de chatarra pesada y bancos de prueba. Con mucho esfuerzo e ingenio remolcamos esta grúa al hangar que luego de ser restaurada servirá para retirar las hélices, motores y torretas del Lincoln y será de utilidad para el Museo dado que no cuentan con este elemento esencial” explicó Ayre.
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Todos los trabajos los hacen a pulmón y los materiales que necesitan los compran ellos mismos con sus fondos, ahorrando y a partir de donaciones: “no contamos con ayuda gubernamental, militar o civil. Algunas herramientas fueron donadas por entusiastas y los miembros de la asociación. Otras son de uso personal que son trasladadas sábado tras sábado” explicaron los miembros de APO. En el festival aéreo del año pasado extendieron “certificados de colaboración numerados” de $10 y después para demostrar la transparencia del grupo publicaron los nombres de los donantes y para qué se utilizaron los fondos en su página web.
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Gran cantidad de elementos del avión los consiguieron por medio de donaciones y entregas de familiares de ex tripulantes del avión. Recuerdan con asombro las veces que ancianos con los ojos vidriosos se acercaron al que fue “su avión”, o se abrazaron al tren de aterrizaje, para darles aliento y apoyo para que continúen con la restauración. El padre de Andrea registró 40000 horas de vuelo en el Lincoln, lo que cubre de emotividad el trabajo minucioso y el esfuerzo de cada semana para poner a punto al bombardero.
Para poder emprender tamaña empresa los miembros del Proyecto dividieron los trabajos en dos etapas y están prontos a finalizar la primera que incluye la preparación de un sector del hangar 4 para alojar todas las herramientas y los elementos que desmonten del avión, la compilación de documentos fotos y materiales para poder tenerlos como sustento de las reparaciones y conseguir las partes faltantes del avión, principalmente de su interior ya que fue canibalizado en los últimos años de servicio para que sirviera como base de repuestos de otros Lincoln. La segunda etapa se basaría en los trabajos directamente en el avión. El fin último es al menos poner en marcha uno de sus motores y devolverle en aspecto el color y la impronta de sus años en servicio.
“Se está tratando de interesar e involucrar a empresas, que colaboren con donaciones de materiales y aquellas que quieran hacer donaciones en efectivo, que indiquen que monto quieren donar y en base a este, se les indicará qué pueden comprar que nos haga falta para el avión, para evitar el manejo de dinero” finalizaron los miembros del proyecto.
“Se está tratando de interesar e involucrar a empresas, que colaboren con donaciones de materiales y aquellas que quieran hacer donaciones en efectivo, que indiquen que monto quieren donar y en base a este, se les indicará qué pueden comprar que nos haga falta para el avión, para evitar el manejo de dinero” finalizaron los miembros del proyecto.
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Durante el Argentina Air Fest el grupo del Proyecto Lincoln montará un stand frente al Avro para mostrar los avances del último año y ofrecer merchandising sobre el pesado bombardero además de aprovechar la ocasión para invitar a cualquier otro fanático para que se sume al trabajo de restaurar la memoria de tan significativo avión.
Fotos: 24CON y Proyecto Avro Lincoln
29 de abril de 2010
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